La oposición fuerza al PP a retrasar el cambio de la Ley de Extranjería

Los socios parlamentarios del Partido Popular, Convergència i Unió y Coalición Canaria, se unieron ayer a PSOE e Izquierda Unida para exigir al Gobierno que retrase hasta después del verano su proyecto de reforma de la Ley de Extranjería. El presidente del Ejecutivo, José María Aznar, anunció el lunes en Rabat que la reforma se acometería con urgencia. Fuentes gubernamentales añadieron el martes que el proyecto se presentaría antes de julio. Ayer dieron marcha atrás y aseguraron que se hará tras el verano.

El motivo de que el PP, que cuenta con mayoría absoluta en las dos Cámaras legislativas, haya cedido a la presión de sus socios y del resto de las fuerzas parlamentarias estriba en su deseo de sacar adelante el proyecto de reforma de la polémica ley con el mayor consenso posible. Todos los partidos, y a esta tesis se sumó ayer el propio PP, consideran que los cambios que se pretende introducir en la ley se tienen que negociar sin la presión de un calendario impuesto, por lo que el proyecto legislativo queda aplazado hasta el periodo de sesiones que se iniciará en septiembre. La oposición a una reforma urgente, que endurecería notablemente los requisitos para la regularización de los residentes extranjeros, estuvo encabezada por los dos socios parlamentarios del Gobierno. Tanto los nacionalistas catalanes comos los canarios reiteraron la necesidad de un amplio consenso al respecto. El portavoz de CiU, Xavier Trias, afirmó que se opondrán a modificaciones que afecten a los derechos de los inmigrantes. La actual ley fue aprobada en el último pleno de la pasada legislatura con los votos en contra del PP, que intentó modificar en el Senado el texto previamente consensuado en el Congreso. Desde su entrada en vigor, en febrero, más de 82.000 extranjeros han solicitado su regularización acogiéndose a la normativa. Asimismo, se ha incrementado en estos meses el tráfico de pateras, sobre todo hacia Canarias.