Pocos incidentes en medio de ríos de cerveza

A falta de apenas tres horas para que comenzase la final de la Copa de la UEFA entre el Oporto y el Celtic de Glasgow, pasear por el centro de Sevilla, además del sofocante calor (35 grados), se hacía una empresa casi imposible. Decenas de miles de aficionados abarrotaban las zonas monumentales de la capital andaluza, sitios donde, por su interés turístico, se concentran la mayoría de los establecimientos orientados a los turistas.

Así, desde primera hora de la mañana de ayer, tratar de cruzar la calle Alemanes, justo en frente de la Catedral de Sevilla, era totalmente imposible. Cerca de dos millares de hinchas de ambos clubes, principalmente escoceses e irlandeses, se apiñaban en la calzada bajo la atenta vigilancia de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que ayer redoblaron su vigilancia en los sitios destinados para que ambas aficiones se congregasen hasta la hora del comienzo del encuentro. En esta calle, el pub irlandés Flaherty se ha convertido en la sede central de la mayoría de los hinchas escoceses que, en menor medida, también se reúnen en otros bares de este tipo que se reparten por la ciudad. Este pub ha dispensado en apenas dos días unos 300 barriles de cerveza de 50 litros cada uno, cifra a la que hay que sumar las cerca de 500 cajas de botellines de una marca de cerveza local que ha tenido una espléndida acogida entre los insaciables y amigables seguidores del Celtic.

Pese a la avalancha de seguidores de uno y otro equipo -ayer las autoridades hablaban de cerca de 90.000 personas, 20.000 de ellas sin entrada- los incidentes y altercados registrados desde el pasado viernes en Sevilla han sido mínimos. Quizá el más destacable fue el ocurrido la tarde del pasado martes, cuando un joven portugués aficionado del Oporto se ahogó en el Guadalquivir cuando se bañaba junto con un grupo de amigos. Aparte de esta muerte, hasta la tarde de ayer sólo se habían registrado hurtos y pequeñas peleas entre aficionados, la mayoría debido al exceso de alcohol. Así, ayer quedó en libertad el hincha del Celtic que el pasado martes fue detenido por pinchar con un cuchillo a un compatriota en una trifulca. G. B., de 38 años y natural de Edimburgo, fue puesto en libertad tras ser juzgado por un delito de faltas y abonar la multa de 90 euros que le impuso el juez.

Otros efectos menores han sido los atascos ayer en los accesos a Sevilla desde Huelva, Cádiz y Málaga y algunos destrozos causados en calles y monumentos de estas ciudades durante los festejos previos. El dispositivo de seguridad para la final -1.300 agentes de policía y 300 más de la Guardia Civil- tenía todo preparado para conducir a los aficionados sin entrada a las dos zonas escogidas para que estos hinchas siguiesen el encuentro a través de pantallas gigantes.