Fujimori jura como presidente de Perú en medio de una batalla campal

El tercer mandato del presidente peruano, Alberto Fujimori, inició ayer su andadura entre graves incidentes por las protestas de la oposición, que considera fraudulentas las elecciones celebradas. Mientras Fujimori hablaba en un Congreso acordonado por la policía, grupos de manifestantes se enfrentaban a las fuerzas de seguridad en el centro de Lima. Diez edificios públicos resultaron incendiados, entre ellos el Banco de la Nación, en el que murieron al menos cinco personas, según informó el fiscal de guardia. Los hospitales recibieron a decenas de heridos, en un balance que podría superar el centenar. Fujimori, ajeno a la batalla campal que se libraba en las calles, admitía ante los congresistas que "los comicios tuvieron algunas dificultades por la antidemocrática pretensión de desconocer el indiscutible apoyo de más de la mitad de los electores a la propuesta de mi Gobierno". En el momento en el que Fujimori dijo: "Se inaugura un nuevo mandato presidencial conforme a la voluntad soberana del pueblo", los parlamentarios de la oposición se retiraron en bloque. Su líder, Alejandro Toledo, había afirmado la madrugada anterior, ante decenas de miles de personas, que ha creado el Frente Democrático por la Unidad Nacional, un gabinete en la sombra, "para rescatar la democracia". El propio Toledo, que lideró ayer la manifestación de protesta contra la investidura de Fujimori, se vio afectado por los gases lacrimógenos lanzados por la policía. Sólo dos presidentes, los de Bolivia y Ecuador, estuvieron presentes en los actos. Países de la importancia de Estados Unidos, Canadá y la mayoría de los de la Unión Europea estuvieron representados sólo por sus embajadores. España fue el que envió el delegado de más alto nivel: el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy.