_
_
_
_
Reportaje:

Hinchas del botellín

Los aficionados del Celtic se abonan a los bares del centro para sofocar el calor de Sevilla a la espera de la final de la Copa de la UEFA

John Paul McGinliey y Billy Lennox se sentían ayer los hombres más afortunados de Glasgow, si no del mundo. No hacía ni dos horas que habían aterrizado en Sevilla, vía Amsterdam, y ya se sentían como en casa. Preguntaron al taxista dónde se reúnen sus compatriotas y aquél les llevó a la pequeña Escocia en la que se ha convertido la zona de la catedral. Allí se encuentra el pub irlandés Flaherty, que desde el pasado viernes se ha convertido en la sede central de los centenares de escoceses, y muchos irlandeses que comulgan con los colores del Celtic, que aguardan en una fiesta continua la noche de mañana, cuando su equipo y el Oporto se medirán en La Cartuja en la final de la Copa de la UEFA.

Billy y John son dos de los cerca de 55.000 seguidores del Celtic, dos tercios de ellos sin entradas, que se esperan en la capital andaluza. A esa auténtica marea verde habrá que sumar los cerca de 30.000 portugueses que acudirán en las horas previas al encuentro a arropar al Oporto. Una avalancha humana que ha colapsado Sevilla. Según datos del área de Economía del Ayuntamiento, la final de la Copa de la UEFA dejará en la ciudad unos 16,3 millones de euros. Agotadas las 25.000 plazas hoteleras existentes, la alternativa para pernoctar mira a las vecinas Jerez, Cádiz, Córdoba o Málaga, destinos ya incluidos en muchos de los paquetes adquiridos en las agencias de viajes de Escocia.

John y Billy han sido mucho más vivos que algunos de sus amigos. Estos dos veinteañeros sólo han pagado 200 euros, cada uno, por su viaje, entradas aparte. Un precio que les garantiza tres cómodos días en un hotel de tres estrellas casi en el centro de Sevilla. "Amigos nuestros llegan mañana [por hoy] desde Escocia y por dos noches van a pagar cerca de 800 euros", cuentan, divertidos, mientras apuran la segunda pinta de las "muchas, muchas" que aseguran van a componer su dieta diaria. Un régimen alimentario que comparte la mayoría de sus compatriotas, a tenor del incremento de consumo de cerveza que han registrado los bares de la zona.

"En un fin de semana normal gastamos unos 400 litros de cerveza. Este último hemos pedido cerca de 3.000 litros y estamos recargando de nuevo", explica Francisco Tello, camarero del pub escocés The Clan, quien asegura que esta acentuada afición por la rubia espumosa no se ha reflejado en incidentes ni en peleas. Un aspecto muy celebrado por las autoridades locales, que han dispuesto un dispositivo de seguridad para la final de 1.000 agentes de policía y 300 más de la Guardia Civil.

Quizá la falta de reyertas se deba, como apunta una camarera del Flaherty, "a la educación católica" de los seguidores del Celtic. "La moralidad no se suspende por una final", les espetó la pasada semana el mismísimo arzobispo de Glasgow. Sin embargo, lo que parece haber calmado a las hordas escocesas que pasean sus verdes cabelleras a pecho, y algunas cosas más, descubierto es el sofocante calor. La temperatura máxima en Glasgow fue ayer de 11 grados mientras que en Sevilla, al mediodía, fue de 34. Así, no es de extrañar que los centenares que se dieron cita en la pequeña Escocia se abonasen a los botellines de cerveza pese a su precio, 2,5 euros, y se entregaran de lleno a cantar el himno del Celtic a la sombra de la catedral.

Seguidores del Glasgow Celtic, de fiesta ayer en Sevilla.
Seguidores del Glasgow Celtic, de fiesta ayer en Sevilla.ALEJANDRO RUESGA

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_