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FÚTBOL | Liga de Campeones: adiós a la décima

Una renovación demorada

El Madrid cree que ahora lo prioritario es la Liga, no la negociación con Del Bosque

Diego Torres

La estruendosa caída de Los Galácticos en Turín es el golpe más duro que ha sufrido la gestión de Florentino Pérez al frente del Madrid. La derrota ante el Juventus pone a prueba el equilibrio institucional del club y la supuesta infalibilidad de un modelo basado en la difusión mercantilista de la imagen como valor superior frente a las esencias del juego. El equipo aterrizó en Barajas, en la madrugada de ayer, a un paso de no ganar nada en lo que resta de temporada: sin la Copa del Rey, sin la Copa de Europa y con la Liga en los pies de otros en una fecha simbólica: se cumplía un año de la obtención de la Champions en Glasgow, culminación gloriosa de la estrategia de Florentino Pérez a los dos años de su llegada a la presidencia.

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La eliminación ante el Juventus no tendrá más efecto inmediato que dejar al técnico, Vicente del Bosque, en tierra de nadie, a la espera de una renovación complicada. El entrenador, que termina su contrato en junio, ha puesto por primera vez el asunto en manos de sus abogados. "Hay cosas habladas, pero hasta el momento no ha existido un lugar de encuentro y hay que esperar", dijo ayer Jorge Valdano, el director general deportivo, insinuando que todo quedará supeditado a la conclusión de la Liga. "Hay que alinear la parte económica a la posibilidad de seguir", aclaró Valdano; "ahora nos hemos marcado la prioridad de terminar el campeonato de la mejor manera posible, que para el acuerdo siempre hay tiempo".

Del Bosque apeló ayer al humor para lanzar en Radio Marca un mensaje cargado de su verdad: "El Madrid va a hoteles de cinco estrellas, ¿no? ¿Por qué va a tener un entrenador de dos estrellas? Si es de cinco estrellas, cobrará como tal; y, si no, que no esté". Luego, el técnico explicó a este periódico su comentario: "Fue una metáfora. En una ocasión fuimos con Luis Molowny a América, a ver jugadores, y preguntamos a Raimundo Saporta a qué hotel íbamos. Saporta nos dijo que, si íbamos como emisarios del Madrid, debíamos ir a uno de cinco estrellas. Creo que debe ser así".

De conseguir el título de la Liga dependerá buena parte del futuro del técnico. Hace mucho tiempo que Florentino Pérez tiene dudas sobre su validez. De lo que no le caben dudas es de que su plan es el mejor: fichar a las estrellas más populares, sin atender a las necesidades puramente deportivas, es una salida que asegura el éxito económico y, a la postre, los títulos. Cuando a Pérez le han ofrecido un jugador sin gancho publicitario, no le ha importado que sea un buen futbolista a la hora de rechazarlo: "Ése no vende ni una escoba".

Con Florentino Pérez, el Madrid se ha convertido en el club más rico del mundo, junto al Manchester. Y la euforia presupuestaria ha ido acompañada de trofeos: una Liga, una Copa de Europa, una Supercopa de Europa y una Copa Intercontinental. Queda la incógnita sobre el papel que han jugado en los logros de los últimos dos años los miembros de la plantilla existentes a su llegada. Hierro, Helguera, Casillas, Raúl, Roberto Carlos y Salgado no venden tantas camisetas como Figo, Zidane o Ronaldo, pero componen un núcleo fundamental que ya había ganado una Copa de Europa antes de las elecciones de 2000. Sin ellos no habría sido posible diseñar el modelo actual.

La derrota de Turín abre el debate sobre la necesidad de contratar otro tipo de jugador, más cercano a las necesidades futbolísticas puras. Un defensa, por ejemplo, que no se ajuste necesariamente al perfil galáctico. "Se habla del modelo deportivo sin tomar consideraciones económicas", advierte Valdano, responsable de fichajes y bajas; "y podemos hacer todas las conjeturas sin tener en cuenta la realidad. El fútbol está en crisis económica y el Madrid no es ajeno a eso. Para fichar hay que vender primero, porque tenemos una plantilla de 30 profesionales, todo un gasto. Si nuestra política de ventas no cambia, tendremos que esperar".

El discurso, acorde a la doctrina de Florentino Pérez, no ha cambiado. Para contratar a una superestrella como Ronaldo no hay obstáculos. Pero para que el Madrid fiche a un defensa primero tiene que aliviar gastos en salarios -unos 130 millones de euros anuales- vendiendo a jugadores como McManaman, Flavio, Solari, Morientes, Celades o Tote. La razón es estratégica. Dice Valdano que las estrellas dan dinero porque llaman la atención de la gente y de las grandes empresas: "Fichando a un crack cada año, hemos duplicado los ingresos en tres años. Ganamos cuatro veces más que la Juve en venta de entradas. Llevamos cuatro veces más aficionados al campo. Generamos más ilusión en la gente".

La derrota del miércoles no cambiará las convicciones de Florentino Pérez, pero quizá acentúe sus suspicacias hacia Del Bosque.Con renovación o sin ella, el técnico tendrá que capear los cinco últimos partidos de la Liga con un vestuario resquebrajado desde hace meses entre quienes se sienten estrellas, soldados rasos y repudiados por el club.

Las palabras de Valdano sirvieron de espigón -"para hacer balance nunca se puede tomar como referencia ni la peor ni la mejor actuación de la temporada, sino la media, y en Turín estuvimos por debajo del nivel medio"- frente a una eliminación que levanta marejada. El ideario del presidente está sometido a debate.

Zidane y Ronaldo, cabizbajos tras la derrota en Turín.
Zidane y Ronaldo, cabizbajos tras la derrota en Turín.ASSOCIATED PRESS

El equipo saturado

El Madrid sufrió en Turín las consecuencias de una administración muy despareja de la plantilla ante un rival que, además de rotar a los titulares, tiene menos carga de partidos, sobre todo debido a la menor duración del campeonato italiano, con 18 equipos. El Juventus ha disputado 4.586 minutos de partidos oficiales en lo que va de temporada. El Madrid carga con 5.347, distribuidos entre Copa, Liga, Supercopa y Liga de Campeones.

"Según un informe de la UEFA", declara Jorge Valdano; "el Madrid juega 15 partidos más de media por temporada que los otros equipos del mismo nivel en Europa. La relación es de 55 a 70".

Sólo un jugador del Juventus, Buf-fon, supera los 4.000 minutos. En el Madrid lo hacen Roberto Carlos, Salgado, Helguera, Casillas y Figo. En el Juventus hay 20 que superan los 1.000 minutos de competición. En el Madrid, sólo 17.

"Ellos hacen más uso de las rotaciones y llegaron con más energía. Eso se proyecta en la confianza", dice Valdano.

En defensa de Hierro, muy cuestionado en Turín, Valdano tiene argumentos: "Hierro estuvo un mes y medio de baja y desde entonces ha jugado nueve partidos en dos meses. Puede que eso, con 35 años, haya superado su capacidad".

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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