"Sabemos cómo hay que jugar los últimos minutos"
Más que nunca, el Barcelona cuenta con un hombre franquicia, del que depende y del que espera que, llegado el caso, le dé el título que tanto ansía en la final a cuatro que hoy empieza en el Palau Sant Jordi. Es Dejan Bodiroga (Zrenjanin, 1973). Es un referente, para el Barcelona y también para sus rivales, que le temen y que centrarán todas sus estrategias en tratar de anularle. No en vano es el jugador más codiciado del baloncesto europeo, en el que continúa porque lo ha preferido a la aventura de la NBA ya que el pasado verano desestimó dos ofertas, las de Toronto Raptors y Atlanta Hawks. Posee prácticamente todos los títulos habidos y por haber y este fin de semana intentará culminar un año de una cosecha excepcional que empezó en las filas del Panathinaikos, ganando precisamente la final a cuatro en Bolonia, y prosiguió con su fichaje por tres temporadas por el Barcelona, con el título Mundial con la selección yugoslava y con la Copa del Rey, ya con la camiseta azulgrana.
"La suerte acompaña a quien busca la victoria, arriesga un poco y trabaja duro"
Pregunta. Está acostumbrado a jugar partidos de máxima presión. ¿Es diferente en Barcelona?
Respuesta. La presión exterior es igual aquí que en otros sitios, la misma que cuando jugaba en el Panathinaikos. Hay expectativas de ganar la Copa de Europa y esto se vive con pasión y con ansiedad.
P. ¿Cómo se explica que el Barcelona, habiendo llegado a cinco finales, no haya podido ganar ninguna?
R. No estaba en el equipo, pero, visto desde fuera, tiene mucho mérito llegar a la final four, estar entre los cuatro mejores de Europa y meterse en tantas finales. A veces falta suerte, a veces, otras cosas; pero es meritorio.
P. Usted ha jugado en muchos equipos que partían como favoritos. ¿Cuál es la mejor forma de prepararse ante este tipo de partidos ?
R. Debemos tener una concentración máxima, saber a conciencia nuestro trabajo en la pista, tener autodisciplina y, sobre todo, ponernos al servicio única y exclusivamente del equipo. Y, además, creer en la victoria.
P. ¿Jugar en casaes positivo o puede volverse en su contra?
R. Sabemos que nuestra afición vive con mucha pasión. El Palau se ha llenado casi siempre este año y la gente nos ha echado una mano en los peores momentos. Pero, entre comillas, es mejor olvidar que jugamos en el Sant Jordi. Ese factor, por sí sólo, no nos reportará nada. Si cumplimos nuestra parte del cometido, en los malos momentos el público siempre puede influir.
P. Es contraproducente la creencia de que, a su nivel, el Barcelona es un dream team.
R. Somos muy buen equipo, pero ni usaría el término dream team, ni podemos decir que seamos invencibles. Somos un equipo nuevo, que tenía que acoplarse y dar resultados inmediatos. La mayoría de cosas las hemos hecho bien. Poseemos un gran potencial, estamos entre los más fuertes de Europa y mantenemos una continuidad muy buena atendiendo a nuestros resultados en la ACB, en la Copa y Euroliga.
P. A usted le va la marcha. En Atenas, ante el Olympiacos se puso a calentar junto a la grada de aficionados radicales.
R. En mi carrera he jugado muchas finales, en ambientes como los del Panathinaikos-Olympiacos que son derbis con mucha pasión y morbo. Me gustan estos partidos. Siempre realizo los ejercicios de calentamiento frente a nuestro banquillo y por eso, en Atenas, estaba al lado de su afición más radical. No por ello iba a cambiar mi costumbre.
P. Le movieron la canasta mientras lanzaba tiros libres. ¿No pierde nunca los nervios?
R. Ya sé que uno me va a provocar, otro me va a hacer lo otro... Me preparo a mí mismo para estar concentrado, para ir a lo mío y abstraerme de todos estos factores. La mayoría de las veces lo consigo. Todo es una cuestión mental. Alguna vez pierdo los nervios, pero siempre intento rebajar la tensión.
P. ¿Sigue algún ritual antes de los partidos?
R. Sólo me concentro y rezo.
P. Han ganado muchos partidos por muy poco margen. Se dice que tienen mucha suerte.
R. Lo importante es que creemos en la victoria y que sabemos cómo jugar los últimos minutos. La suerte siempre acompaña a quien busca la victoria y, por una parte, arriesga un poco y, por otra, trabaja duro durante el partido. La suerte no llega sin más.
P. ¿No les crea tensión no rematar partidos que tienen a tiro?
R. Tensión no, pero convengo en que algunas veces hay que cerrar el partido antes. Es algo que tenemos que arreglar. Hay que ser disciplinados: y jugar de la misma manera cuando ganamos por quince como cuando estamos empatados. Un equipo tiene que saber sufrir. Sin sufrir no se obtienen cosas grandes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.