¿Ciudadanos tontos o políticos corruptos?

En la asociación L'Algar net i viu de Altea hemos trabajado para evitar que se construya en el río Algar una urbanización de casi 6000 viviendas, con su campo de golf, sus centros comerciales, etc. El río está catalogado como zona húmeda protegida y además el litoral cada vez está más saturado.

El colmo llega cuando leemos en prensa que la UE dentro de su programa URB-AL puede conceder a este proyecto 38 millones de euros, ya que ha sido seleccionado para el programa de mejores obras ambientales. Y que el Instituto del Agua y las Ciencias Ambientales de la Universidad de Alicante ha corroborado todas estas excelencias. Dudando de la realidad nos dirigimos a comprobar esta información en las páginas webs respectivas. URB-AL es un programa de cooperación entre Europa y América Latina, al que se adscriben las comunidades interesadas sin ser seleccionadas. Altea entró voluntariamente en el año 2000 y forma parte de un grupo de trabajo junto a colectividades de otros países. Los proyectos que se subvencionen han de ser en beneficio de toda la colectividad. El máximo dinero concedido por proyecto común es de 800.000 euros.

Después entramos a la web del Instituto: el profesor que firma el estudio como subdirector no figura en las memorias de actividades de los últimos 5 años. Así, algunos políticos han convertido la mentira y la propaganda fácil en su código de conducta.