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Perfil | Simón Pedro Barceló

La costumbre de dirigir

Dentro de un mes, Simón Pedro Barceló cumplirá 37 años y ya tiene un largo currículo en puestos de mando. Hijo pequeño de Gabriel Barceló, cofundador de la cadena hotelera que lleva el apellido familiar, ingresó en el grupo en 1993 y ya lo hizo con galones al ocupar la vicepresidencia de las divisiones de viajes y diversificación. A partir de ahí, más mando. En el grupo familiar es copresidente, cargo que compatibiliza con su pertenencia a los consejos de Grubarges y First Choice. Pero, además, ha sido consejero de la sociedad de capital-riesgo Dinamia y vicepresidente de la sociedad Rey-Sol. Ahora es también presidente de Exceltur, la asociación integrada por las más importantes empresas involucradas en turismo.

Tanto cargo, sin embargo, no se le ha subido a la cabeza. Simón Pedro continúa manteniendo el carácter pausado y cauto que ha demostrado siempre. Hasta cuando anima al Real Club Mallorca, el club de fútbol de sus amores, del que también fue vicepresidente durante cuatro años. De gustos más humanísticos que tecnológicos, este licenciado en Derecho tiene entre sus aficiones el piano, que toca con frecuencia, aunque siempre "en la intimidad" dicen con cierta sorna sus allegados. Como buen isleño -nació en Palma de Mallorca, donde estudió y donde vive actualmente con su mujer y sus dos hijos- le gusta navegar, aunque dice disponer de poco tiempo para hacerlo. Como consuelo le queda la vista del mar que disfruta desde su despacho.

Barceló llega a la presidencia de Exceltur con dos objetivos: conseguir el adecuado reconocimiento socioeconómico del turismo, y asegurar los mayores grados de competitividad del sector. Está convencido de que el escenario turístico es cada día más cambiante y exigente, que presenta crecientes retos a los que las empresas tienen que saber responder.

Poco amigo de saraos sociales, mantiene, sin embargo, buena relación con algunos de los cargos del Partido Popular próximos a su generación, entre ellos algún ministro. Simón Pedro Barceló se presentó al Senado por el PP en Mallorca en 1989 y su candidatura fue la más votada. Ocupó la secretaría tercera de la Cámara alta hasta 1993, año en que abandona la política para dedicarse por completo al mundo de la empresa. En él tiene fama de ser rápido en la toma de decisiones y de rectificar también rápidamente si las cree equivocadas. "Si la idea se tuerce", dice un colaborador, "la cambia. No es de los que se hunden con un plan".

SCIAMMARELLA

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