Naufragio
La corrida navegaba en picado por las aguas procelosas del desastre y el presidente se encargó de hundirla hasta el naufragio total. Cosas que pasan. La misma persona que hace unos días no dudó en devolver tres toros inválidos se equivocó ayer al confundir la cojera del sexto con el aburrimiento del personal y optó inexplicablemente por mostrar el pañuelo verde.
Salen las asistencias en forma de cabestros y lo poco que quedaba del barco se hundió sin remedio. Quince minutos de espera y, al final, el puntillero se tiene la jugar la vida desde un burladero para apuntillar a un toro válido. Salió el sexto, y entre el toro y Víctor Puerto, a cual peor, acabaron con el cuadro. Otra corrida insufrible, otra decepción, un naufragio.l.
Cebada / Liria, Padilla, Puerto
Toros de Cebada Gago, (uno fue rechazado en el reconocimiento), el sexto como sobrero, bien presentados, astifinos, bravos en el caballo y hundidos en el tercio final, a excepción de 3º y 4º, nobles. Pepín Liria: estocada (ovación); pinchazo y estocada baja (ovación). Juan J. Padilla: pinchazo y cuatro descabelllos (silencio); pinchazo y casi entera (palmas). Víctor Puerto: estocada (palmas); un pinchazo y el toro se echa (silencio). Plaza de la Maestranza. 3 de mayo. 14ª corrida de feria. Lleno.
Ni la ganadería de Cebada Gago ni los toreros respondieron a la expectación creada. Dicho de otro modo: fracasaron estrepitosamente. La primera, porque a excepción de dos toros, la corrida se hundió en el tercio final; los toreros, porque no estuvieron a la altura de las circunstancias.
Claro, que es muy fácil y también muy injusto despachar el comentario del festejo con los datos fríos de la ficha. Duro destino el de los toreros que deben sustentar su carrera en corridas duras, con toros de astifinos pitones, correosos y ásperos, que no permiten el más mínimo error. Es la injusta realidad de una fiesta en la que no existe igualdad de oportunidades. Unos, tanto a pesar de los fracasos, y otros, a jugarse la temporada cada tarde ante corridas que nadie quiere.
Vaya por delante el respeto a Liria, Padilla y Puerto, a quienes nadie les regala nada. Y, después de lo de ayer, mucho menos. Porque no estuvieron bien, que tampoco hay que engañarse. Se les supone poderosos y sobrados de técnica, pero se les vio afligidos y torpes. Liria sorteó como pudo el peligro de su primero, al que recibió de rodillas en la puerta de chiqueros, y estuvo muy por debajo de las condiciones del cuarto. Padilla también se fue a toriles en el primero, corrió mucho, banderilleó irregularmente, se justificó ante el parado segundo y no pudo dar un solo pase al acobardado quinto. Y Puerto atraviesa un bache serio: perdido con el tercero, el único que embistió de verdad, y sin sitio ni recursos ante el complicado sexto.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.