Enseñanza del castellano
No se por qué será, pero para mí que la aparición de los resultados de la Encuesta de la Región de Barcelona 2000, en la que se detecta un retroceso de la lengua catalana en la provincia de Barcelona tiene, cuando menos, un fuerte tufillo oportunista. Oportunismo porque, qué casualidad, aparece cuando desde el Gobierno central se piden cuatro horas lectivas de lengua castellana en la enseñanza primaria y cuando algunos padres se caen ahora de un guindo al enterarse de que sus hijos no las están recibiendo. La difusión ahora de esos resultados le viene al pelo al nacionalismo más combativo para argumentar contra las intenciones del Gobierno.
Efectivamente, entre otros, eso parece pensar Joan Saura, de Iniciativa per Catalunya Verds, decidido según leo a enviarle los resultados del estudio a la ministra de Educación, pues a su parecer, el estudio muestra que la decisión de impartir cuatro horas semanales de castellano no tiene sentido dados los resultados que arroja la encuesta mencionada. Que yo sepa, no recuerdo que desde el Gobierno se argumente sobre el avance o retroceso de la lengua castellana en Cataluña, sencillamante se argumenta contra los malos resultados obtenidos por los alumnos catalanes en las pruebas de lengua y literatura castellana, frente a otros alumnos del resto de España.
A quienes se rasgan las vestiduras, habrá que recordarles que nada tiene que ver el usar una lengua de forma hablada para usarla bien, tanto oralmente como por escrito, y a esto último es a lo que se pretende poner solución.
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