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Reportaje:

Un hombre fresco

Un relajado Felipe González elogió a Pujol y arremetió contra Aznar en el programa de Bassas en TV-3

El lunes, Felipe González estuvo en el espacio de entrevistas A contracorrent, de TV-3, que presenta Antoni Bassas. Las opiniones de González superaron en Cataluña a las desventuras de Pocholo, Yola y Tamara Seisdedos, inquilinos de Hotel Glam, pero no pudieron contra el capítulo de Ana y los 7 en el que Alexia se vuelve buena.

A contracorrent tiene el mérito de ser sólo un espacio de entrevistas. Y es de agradecer, con la plaga de programas de entrevistas diferentes que nos invade; una plaga parecida a la de restaurantes de nueva cocina, en los que el enunciado del plato en la carta siempre es más consistente que el plato. Bassas no obliga a los invitados a preparar una sangría mientras cuentan su pasado. No les besuquea, ni les toca, como Mercedes Milá. Tampoco se abalanza sobre ellos como Pilar Rahola. Las pausas de Bassas para coger aire son de menos de cinco minutos, a diferencia de las del poético Jesús Quintero. Además, ni siquiera interrumpe cada cinco minutos al invitado para sacar a un analista divertido como hace Manel Fuentes. Sólo pregunta y, por consiguiente -con perdón-, el invitado no tiene que hacer el tonto. Sólo responder. Eso sí, el plató es casi tan oscuro como el de Pedro Ruiz y no le irían mal unos cuantos kilovatios más de luz.

González estuvo recostado en el sofá con el cuerpo ligeramente inclinado hacia la izquierda, y en esa posición, mantuvo una actitud que se podría denominar fresca. A diferencia de Aznar, que en una de sus visitas a TV-3 exigió la entrevista en español, González escuchó las preguntas de Bassas en catalán, prescindiendo del traductor simultáneo. Desde esa frescura, tuvo tantas palabras de elogio para Jordi Pujol como pullas para Aznar, al que nombró en casi todas sus respuestas. Dijo que no ve bien un pacto entre el PSC y Esquerra Republicana, no nombró a Maragall y confesó que el nacionalismo español que practica el PP le parece excluyente. "¿Cree que algún día podría tener con Aznar la armonía que tiene con Pujol?", le preguntó el periodista. "No", contestó González. "No me parece posible. Me dicen que no hay química. ¡Ni química, ni física! Creo que no tiene consistencia para ocupar el cargo que ocupa. Pujol la tiene. Yo no he estado de acuerdo con Pujol, he estado más bien en desacuerdo, pero tiene consistencia". Un sonriente Bassas aventuró: "¿Y no será que le molesta haber sido derrotado en las elecciones por alguien que no tiene consistencia?". Felipe se rió. "Es posible".

La punta de audiencia se produjo a las 23.30 horas, entre los minutos 8 y 9 de la entrevista, cuando Felipe González estaba diciendo la siguiente frase, que sólo consignamos, dejando su análisis para los cronistas imparciales: "Aznar y Bush no sólo andan igual, no sólo tienen el mismo acento tejano, sino que son más o menos fundamentalistas de derechas".

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