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Entrevista:JOSÉ GUILLERMO ZUBÍA | Secretario general de Confebask

"Los nuevos mercados de la UE son un reto y una amenaza para Euskadi"

Pedro Gorospe

El secretario general de Confebask, José Guillermo Zubía, cree que la inquietante situación de la economía vasca es un reflejo de la mundial. Al periodo de ralentización que siguió al 11-S se ha unido "el desastre humanitario" y la incertidumbre generada por la guerra de Irak, con retraimiento de las inversiones, escasez de la demanda y división política entre europeos. Si además le sumamos la incorporación de nuevos países a la UE, con mano de obra mucho más barata, y el posible cierre del importante mercado para Euskadi de China por la neumonía asiática, el panorama se complica. "Con peticiones de subida salarial del 6%, el sistema no es sostenible", dice.

Pregunta. ¿Qué genera más incertidumbre a la economía, la reciente guerra de Irak o el debate político vasco?

En Euskadi no estamos al borde de la pérdida de empleo, pero nos acercamos
El primer efecto negativo de la guerra de Irak es el desastre humanitario

Respuesta. Son dos cosas distintas. El debate político, pero sobre todo el clima general, y en su momento las soluciones generan incertidumbres. Pero la guerra es una realidad más palpable que ha creado fuertes interrogantes y que en clave económica todavía están por despejar.

P. ¿Cómo ha afectado a la economía vasca?

R. Las dudas sobre cómo iba a evolucionar el precio del petróleo, sobre cual iba a ser la duración del conflicto, o sobre la posible implicación de otros países, ha producido dos efectos: el retraimiento de los procesos de inversión y de la demanda. Eso ha agudizado la tendencia a la baja de la economía y ha retrasado la previsible recuperación. Las cifras de Europa y América son sensiblemente más modestas que en el segundo semestre del pasado año.

P. Sin embargo la guerra ha acabado, el petróleo baja y los mercados se mueven. ¿Esto despeja el camino para reactivación de la economía en el siguiente semestre?

R. Hay asuntos positivos, como la desaparición de la incertidumbre, el previsible tirón económico por las inversiones necesarias para reconstruir el país, y el levantamiento de los embargos. Eso apunta bien. Sin embargo el desastre humanitario, la prolongada evolución negativa de la economía, el estado de las finanzas norteamericanas y la duda sobre si Europa va a ser capaz de superar la división política actual, pueden afear los buenos indicios del final de la incertidumbre.

P. ¿Cree que la crisis política de España con Francia y Alemania puede acabar afectando a la economía vasca?

R. No creo que unos ni otros nos vayamos a mover por fobias o filias. Mas me preocupa el efecto que la división política pueda provocar. Primero efectivamente porque Francia y Alemania, son nuestros principales clientes, pero es que Francia y sobre todo Alemania están en muy bajo momento económico y eso es extraordinariamente preocupante.

P. ¿Cree que el frenazo de Francia a la conexión de la alta velocidad con Irún es una consecuencia de esa crisis?

R. Creo que no, no creo que se deba a un problema de reacción a la crisis. Lo preocupante es que una decisión de ese tipo postergue la conexión del País Vasco con París y centro Europa en alta velocidad.

P. Un problema real para las exportaciones vascas está siendo el problema sanitario de la neumonía asiática en China...

R. Más que las exportaciones creo que a las importaciones. Siempre nos fijamos en la exportación pero hay muchas empresas que se dedican en Euskadi a importar, y el comercio con China tiene una importancia grande y creciente. Es de los países con mayor crecimiento, y todo lo que afecte a China nos va a afectar. Si esta epidemia, si se puede llamar así, acaba por cerrar el país como parece posible, si que va a tener efectos muy negativos porque hay muchas firmas que importan productos acabados o materiales para transformar.

P. ¿Cómo van a afrontar los empresarios vascos la ampliación de la UE?

R. Ese va a ser nuestro principal reto económico. Ser capaces de superar ese reto y esa amenaza. Por una parte abren una gran oportunidad de mercado y de consumidores. Tenemos que saber trabajar y servir. Pero también es una amenaza en la medida en que tienen una fuerte tradición industrial, han tenido buena industria manufacturera y además costes salariales infinitamente menores. Eso nos obliga a ser más competitivos en calidad y precio y esto vale para pequeñas y grandes. Los competidores van a ser los trabajadores de las mismas empresas pero en otros países.

P: ¿La atomización empresarial favorece la lucha en ese nuevo mercado?

R. Nada. Para vender allí hay que ir a un proceso de redimensionamiento de las empresas, alianzas, consorcios o cualquier fórmula. Tenemos que reducir los costes gracias a gestión austera y aumentar el valor añadido de nuestros productos. Estamos en una carrera.

P. Son muchos problemas a los que se suman las continuas rebajas de previsión de crecimiento, la última de la OCDE. ¿Con las demandas de subida salarial del 6% nuestra economía es sostenible?

R. No, y de ahí deriva la situación de la negociación colectiva. Son planteamientos no acordes con la situación económica y que en convenios superiores al de empresa están siendo descabellados.

P. ¿La crispación en la negociación puede afectar al empleo?

R. Hay una relación directa. Cualquier posición desmedida desde el punto de vista de costes laborales tiene repercusión en el empleo. Y en este caso mucho más cuando el enfermo está delicado. Pueden darse efectos no deseados por nadie.

P. ¿O sea que estamos al borde de la pérdida del empleo?

R. No de modo generalizado pero hay alguna cifra en las últimas estadísticas que habla de eso, de que nos acercamos. Aunque las firmas están saneadas puede haber problemas puntuales en sectores con puestos de trabajo de poca cualificación y lógicamente poco compatibles con políticas salariales como las que se están reivindicando desde el mundo sindical.

P. ¿Porqué la cualificación es menor en términos cuantitativos en Euskadi?

R. Es uno de los temas clave en un país como el nuestro, que no tiene materias primas. Hay 18.000 puestos que no se cubren por falta de cualificación. Aquí se produjo tal desprestigio de la FP que la juventud se alejado de esa opción. Esto ha cambiado relativamente y ya es mayoría la matriculación en FP que en Universidad, pero paralelamente hemos asistido a un descenso de la población joven. Aunque en términos porcentuales hemos saltado, en términos absolutos hemos descendido.

P. Es la tradición también culpable del escaso número de mujeres en FP?

R. Lógicamente tiene un componente cultural muy importante. Por eso hay que hacer un mayor esfuerzo con las mujeres. Una sociedad como esta no puede permitirse el lujo de prescindir de ellas como mano de obra ni de sus extraordinarias cualidades para el mundo industrial.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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