Un accidente con una víctima mortal corta durante más de diez horas la N-323

El choque violento entre un turismo y un camión cargado de gasoil y gasolina en la carretera nacional 323, en el término de Vélez Benaudalla (Granada), se cobró ayer una víctima mortal y provocó el corte del tráfico en los dos sentidos de circulación durante más de diez horas. Vehículos especiales de la empresa Pulma Oil, propietaria del camión accidentando, continuaban a las nueve de la noche de ayer, diez horas después del accidente, extrayendo el combustible del vehículo volcado en la carretera. El desvío del tráfico provocó retenciones de 14 kilómetros que afectaron incluso a la entrada a la población de Motril.

El camionero, leve

El accidente ocurrió unos minutos antes de las once de la mañana cuando, por causas no aclaradas por la Guardia Civil, el turismo se empotró contra el camión, cuyo conductor sólo sufrió unas contusiones leves. En cambio, una de las ocupantes, del turismo perdió la vida y la otra, de 21 años, sufrió heridas de pronóstico grave de las que se recupera en un centro hospitalario. El impacto fue frontolateral y produjo el vuelvo del camión. El accidente se produjo en una zona llana, denominada el Azud de Velez, donde los vehículos suelen circular a grandes velocidades.

A resultas del impacto los depósitos del camión sufrieron serios desperfectos y empezaron a verter combustible al cauce del río Guadalfeo, que transcurre junto a la carretera. Efectivos de la Guardia Civil, de los servicios especiales de urgencias sanitarias y de los de mantenimiento de carreteras acudieron de inmediato al lugar de la colisión para evacuar a los heridos y ordenar el tráfico rodado.

Miles de vehículos que viajaban entre Granada y Motril fueron desviados en ambos sentidos por la antigua carretera de Vélez Benaudalla que, dadas sus características, a duras penas soportó el flujo circulatorio. Las retenciones llegaron a medir 14 kilómetros y perturbaron el discurrir de los vehículos con destino a la vecina localidad de Motril.

La situación de caos en el tráfico se mantuvo durante todo el día. La empresa propietaria del vehículo accidentado fue requerida por la Guardia Civil para que comenzara a extraer el combustible de los depósitos antes de intentar izar el camión con una grúa y despejar la carretetera. La tarea se demoró al menos por espacio de diez horas. A las nueve de la noche la Guardia Civil aún no sabía aproximadamente cuándo se reabriría la carretera, ya que continuaba la extracción del gasoil y la gasolina.