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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Honra sin cargos

Cuando escribo estas líneas, el eje macabro del bien ejerce sus obligaciones democráticas arrojando bombas sobre la pobre población iraquí. Para liberarles del sátrapa que les gobierna, para que descansen en paz, definitivamente, el mundo civilizado no conoce mejor método que achicharrarlos a misiles. Vencida y desarmada la voluntad ciudadana, la guerra ha comenzado.

Ayuno de ataduras partidistas, me manifesté con la misma contundencia contra la guerra del Golfo de 1991, en la que nos involucró, también de una forma certera, el gobierno del PSOE. Es lo que tiene el poder, que es poder por encima de colores y matices (yo no podré olvidar nunca que una ley socialista metió entre rejas a mi amigo Rafa Travieso, un tipo íntegro que se declaró insumiso por su aversión patológica a las armas).

Hay diferencias importantes entre esta carnicería de ahora y la de hace 12 años. Pero, analizando en estos días angustiosos mi posición de rechazo frontal a las dos guerras, he llegado a la conclusión de que mi beligerancia contra el uso de la fuerza es hoy aún mayor que entonces por cuestiones puramente sentimentales: Tengo tres hijos que me preguntan sin tregua sobre el por qué de esta infame locura.

Ignoro cómo se las va a ingeniar el Partido Popular para convencer a la ciudadanía de que representan la mejor oferta política que puede regir la vida municipal en los próximos cuatro años. Lo tiene difícil, francamente. Les imagino, por ejemplo, hablando en un barrio sobre su política de servicios sociales para con los más débiles y que quieren que les diga, no puedo disociar lo local de lo global, no alcanzo a comprender por qué los niños y los ancianos de nuestra ciudad tienen derecho al bienestar, y los iraquíes tienen que conformarse con el horror y la ignominia.

O les veo condenando sin paliativos el fascismo de ETA y el régimen de terror en el que sobreviven diariamente una parte de los ciudadanos vascos, y no entiendo las razones por las que no se atreven a censurar con la misma contundencia el que ejercen en estos momentos, al margen del derecho y de la ética, tres forajidos democráticos sin el respaldo de la ONU.

Estoy sinceramente convencido de que muchos militantes populares lo están pasando mal. Que tragarse este sapo levanta el asco hasta en los estómagos más agradecidos. Pero no hay caminos para la paz: La paz es el camino. Así que aún están a tiempo de rebelarse y, en un ejercicio de higiene y gallardía democrática, dejar constancia de que nada de lo inhumano que está ocurriendo en estas terribles horas les es ajeno. Si Jhonny ha cogido, con nocturnidad y alevosía, su fusil, ustedes pueden seguir el sendero de gloria y de decencia que se han atrevido a transitar muchos compañeros de su partido. Que más vale honra sin cargos, que cargos sin honra.

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