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Reportaje:GUERRA EN IRAK | La convivencia en la base militar gaditana

Rota, lanzadera andaluza de la guerra

"Aquí un americano puede comprar tortitas de pancake, hacerse su desayuno, ir al béisbol y sentirse como en casa", afirma orgulloso Samuel, el heladero del control más cercano a Rota. Dentro de la base existe un pueblo con todas las peculiaridades de la primera potencia: muchos coches son importados, los semáforos cuelgan en los cruces, supermercados con variedades infinitas de productos, el cine de la base que estrena las películas de Hollywood antes que ningún otro en España. También cuentan con un instituto y colegios, bolera, múltiples bancos norteamericanos, gimnasios, y por supuesto la moneda es el dólar. Una gran diferencia con la madre patria es que no existe la obesidad. Absolutamente incompatible con la forma física exigida para pertenecer al ejército.

Los estadounidenses y los españoles comparten mesa, pero no puntos de vista
Varios son los frentes de batalla abiertos que tiene el pueblo de Rota con la base militar
Hay un nuevo alambrado y se han instalado más cámaras de seguridad
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Rota representa para los militares estadounidenses un premio dentro de la extensa lista de destinos alrededor del mundo. Dado el nivel de vida español actual, obtienen ingresos altos -un soldado raso puede ganar alrededor de 2.400 euros mensuales- y a pesar de que residan en El Puerto de Santa María o Rota, el ejército les paga el alquiler de la vivienda. Su presencia es tolerada y la zona goza de más de 3.200 horas de sol al año y cuenta con más de 16 kilómetros de playa que colindan con la base. Los bares y cafés son los puntos de reunión.

Los militares estadounidenses y los trabajadores españoles comparten mesas pero no puntos de vista. Estos últimos abandonan la oficialidad con más facilidad que los militares, pero aún así las amenazas sobre los trabajadores que luchan por mejoras laborales surten efecto.

Estos son días de intensa actividad en la base. "Una vez empezada la guerra, el tráfico en el aeropuerto debería haber disminuido, pero esto sigue igual o peor". Quien protesta con vehemencia es uno de los militares del aeropuerto de la base naval.

El aumento de la actividad de la base comenzó a notarse, según los vecinos -en total unos 25.000-, justo después del verano. La seguridad en ciertos edificios se ha visto reforzada por grandes bloques blancos de hormigón que no permiten el aparcamiento, para evitar atentados con coche bomba. "Desde el 11 de septiembre la tensión ha crecido y además han detenido a miembros activos de Al Qaeda en España", resalta un jefe de departamento norteamericano del Supply, la oficina de la base de repuesto de materiales. Éste se refiere a la operación Lago en Girona, saldada de momento con la puesta en libertad de 14 de los 16 presuntos terroristas.

Tras la firma del primer convenio bilateral en septiembre de 1953 por parte de EE UU y España, Rota pasó a representar el punto estratégico más importante para los estadounidenses en el Mediterráneo. Excepto en momentos puntuales como la anterior guerra de Irak (1991) y la guerra de Afganistán, desde que se instauró la democracia en España Rota ha sido un enclave aparentemente tranquilo.

Su gran extensión hace que las avenidas sean anchas, los edificios estén muy separados entre sí y el verde de los pinares y los amplios campos de golf transmitan una atmósfera más turística que bélica a la que contribuye el excelente clima de la costa gaditana. En este contexto, el último proceso de modernización de la base naval, aprobado en 2001, contempla la construcción de 16 nuevos hangares y más aparcamientos para los aviones, una nueva red subterránea de repostaje, ampliación del muelle y la remodelación de 30 edificios por unos 227 millones de euros.

¿A qué se debe entonces la saturación actual? Todas estas mejoras están paralizadas actualmente por la guerra. Tal y como señala el dirigente de IU Willy Meyer, "la conversión de base aeronaval normal a base de puente aéreo estratégico necesita de unas inversiones que aún no han podido llevarse a cabo por la premura de George Bush en atacar".

Para poder hacer frente a la guerra, Estados Unidos ha postergado su plan ROTA 2010 que pretende "tener todo más a mano y reagrupar instalaciones", y se han acondicionado temporalmente edificios que iban a ser derribados y que siguen albergando estos días de inicio de la contienda hasta a unos 8.000 soldados (hay 3.000 permanentemente).

Además, se está levantando un nuevo tanatorio, una incineradora, un hospital militar para 500 camas y otro de campaña con 116. Los primeros soldados heridos llegaron la noche del pasado miércoles 26.

De cara a esta guerra, la posición estratégica de la base se ve potenciada por ser la escala ideal y equidistante aproximadamente 5.000 kilómetros, tanto de EE UU como de Irak. "En el aeropuerto existe ahora una flota de aviones muy variada que complica las operaciones de aterrizaje. Incluso coincidimos en parte con el espacio aéreo del aeropuerto de Jerez, lo cual tampoco ayuda", señala uno de los controladores. En Rota se encuentran desde los mayores aviones de transporte Galaxy C5, que por su tamaño no caben en los hangares y están aparcados alrededor de la pista principal, hasta aviones de combate F-16 y F-18, Harriers, helicópteros y los P3, aviones que disponen de un equipo interno para la vigilancia del Estrecho y la guerra electrónica.

El ministro de Defensa, Federico Trillo, ha cifrado en 1.370 los tránsitos de aviones de Estados Unidos por el espacio aéreo español con escala en Rota.

Varios son los frentes de batalla abiertos que tiene el pueblo de Rota con la base. Y es que la situación ya no es la que era. El mutismo ya no impera en una localidad que ha cambiado su perspectiva sobre el amigo americano. Ya en abril del año pasado el Ayuntamiento roteño celebró un encierro nocturno en protesta por el impago de impuestos de las actividades económicas desarrolladas en la base, y que supondrían según su alcalde, Domingo Sánchez Rizo, del PSOE, unos 3,5 millones de euros anuales. Impago sobre el cual el Tribunal Supremo ha dictado una sentencia a favor del Ayuntamiento sobre el cobro de este impuesto municipal.

También se sienten desprotegidos los roteños ante un hipotético ataque por la ausencia de un plan de emergencia específico, que sí existe por ejemplo en polos químicos de España, y se queja el alcalde de que la seguridad de Rota "debería dejar de ser tabú de una vez por todas".

Otro tema estrella, del que el ministro Trillo minimizó su importancia denominándolo "los flecos de la negociación con EE UU", es la situación de los trabajadores -1.200 en la actualidad, llegaron a ser 2.000, y en claro retroceso por la proliferación de contratas- que soportan la pérdida de poder adquisitivo y la falta de un convenio acorde con sus aspiraciones. "Además, si vamos a la huelga, los militares hacen los servicios mínimos", se quejan los trabajadores.

En resumen, como destaca José Manuel Esquivel, miembro de Ecologistas en Acción, "las contraprestaciones que recibe el pueblo cada vez son menores, y, a estas alturas, a nadie se le escapa el riesgo que supone vivir con una base militar de estas dimensiones en la puerta de casa".

Después de los atentados del 11 de septiembre, la seguridad de la base naval se ha visto afectada en diferentes ocasiones. En diciembre pasado, tres inmigrantes llegaron a saltar la valla metálica que rodea toda la instalación militar, confundidos seguramente con alguna "frontera añadida" a su peripecia, como bromean algunos trabajadores que siguieron su huida de la Guardia Civil de Chipiona. Fueron detenidos en las cercanías de la vigilada Plaza de Toros o Camino de los Elefantes, gigantesca instalación que centralizaba todas las comunicaciones y escuchas. A las pocas semanas, fue una despistada patera la que arribó a la playa del Almirante, junto a los muelles de la base, con tres inmigrantes a bordo. Su detención no se produjo hasta llegar al concurrido restaurante Pizza Villa, cercano al control de la entrada de El Puerto de Santa María.

Estos pequeños incidentes han causado la alerta y reacción de las autoridades españolas y estadounidenses. Un nuevo alambrado doble con espinos ha cercado los 29 kilómetros de perímetro y se han instalado nuevas cámaras de seguridad en las torretas por un coste de seis millones de euros. Además, las reformas actuales están encaminadas al control de vehículos, de las personas y a evitar que esta saturación coyuntural con el máximo número de tropas sea aprovechada por algún comando terrorista o cualquier otra amenaza contra la base naval. La guerra ha empezado y la alerta ya está en Charlie. Sólo resta un grado para llegar a la máxima, Delta.

El día a día camino del frente

La instrucción (physical training) es la primera prueba que los soldados deben pasar nada más entrar en el ejército norteamericano. Es una intensa preparación física de ocho semanas y 16 horas diarias. En la escala de Rota antes de llegar al ataque contra Irak recuperan un poco ese intenso ritmo, combinado con lecciones sobre las características de la zona a la que acudirán en breve: Oriente Medio.

La jornada comienza a las 5.30 horas de la mañana en los nuevos barracones que han levantado los soldados para alojarse. Cada uno tiene su propio despertador, aunque después se oiga un silbato general. A diferencia de otros cuarteles, las duchas en Rota son individuales. A continuación acuden al comedor para el desayuno común. En las primeras carreras para entrar en calor, todos cantan al unísono para marcar los pasos y no perder el ritmo. Además hacen flexiones, abdominales y ejercicios en grupo para estar coordinados y conocer los puntos débiles del compañero de filas.

A lo largo del día reciben entrenamiento de armas y misiles, clases de historia y terminología militar, pero sobre todo una orientación para el asedio de Irak: vacunas para la viruela y el carbunco, clima que se encontrarán, nociones básicas del idioma, hábitos de los iraquíes y situaciones límite a las que enfrentarse.

Jason tiene sólo 22 años y dejó Indiana siendo un adolescente para enrolarse en la Marina y así "poder estudiar una carrera universitaria al mismo tiempo que trabajaba". Forma parte de la generación de jóvenes sin empleo denominada GI (galvanized iron). Ésta engloba a jóvenes que buscan una salida fácil que el ejército les ofrece, y así salir del ambiente hostil de los suburbios de las grandes ciudades de Estados Unidos. Le preocupa su anonimato y se muestra tenso pero franco. "Es fundamental tener dentro un punto de locura y agresividad bien guardado y saber cuándo sacarlo. En el frente lo necesitarás".

En España, Jason percibe el apoyo del Gobierno a la guerra y la oposición del pueblo. "Es necesario librar a la gente en Irak de la opresión de un dictador como Sadam Husein, al igual que ahora ayudamos a Afganistán a convertirse por fin en una democracia", remacha.

Para que se les vaya haciendo el cuerpo empiezan a suministrar a la tropa la comida de guerra nada más pisar Europa. Consiste en preparados con diferentes sabores a los que se les añade agua, se hierve y listo. Su nombre oficial es M.R.E. (en inglés Meals Ready to Eat) que significa listo para comer. Entre los soldados las siglas significan otra cosa bien distinta: Meals Rejected by Ethiopia, Comida rechazada por Etiopía.

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