Un dictamen interno determina que IU debe cambiar sus listas
El informe da la razón a los grupos minoritarios, que estaban relegados a los últimos puestos
La comisión de garantías de IU ha elaborado un dictamen que obliga a reordenar una vez más las listas electorales de la formación en Madrid. Las candidaturas al Ayuntamiento y la Comunidad, aprobadas definitivamente -tras sucesivas modificaciones- el pasado octubre, habían relegado a los últimos puestos a los representantes de las corrientes minoritarias. Una de ellas, la Plataforma de Izquierdas, recurrió a los órganos federales, que ahora le han dado la razón. La resolución será estudiada el próximo lunes por la dirección de IU-Madrid.
La comisión de garantías de IU está formada por ocho personas y presidida por José Luis Turrado. Éste aseguró ayer a EL PAÍS: "No tengo conocimiento de que se haya votado ese dictamen. Estamos aún en pleno debate". Al informarle este periódico de que tenía en su poder el texto del dictamen, y que en él se dice que ha sido "aprobado por mayoría", ironizó: "Debe de haber sido un error, o yo no me he enterado". Otro de los miembros de la comisión precisó que el dictamen fue votado esta semana por el sistema de firma electrónica, y enviado por carta a las partes ayer mismo. También fuentes de la dirección del PCE en Madrid admitieron que "es conocido de manera oficiosa, aunque aún no oficial, que ese dictamen existe".
El coordinador general de IU-Madrid, Fausto Fernández, aseguró primero que no sabía nada de tal informe y reconoció después que la votación se había producido, aunque agregó que está por ver que sea válida. "Hay muchos elementos irregulares: ha votado una persona que no fue a las reuniones, otra que es parte interesada porque va en una lista, y otra que legalmente no puede votar porque es la instructora del expediente. Además, es discutible que un asunto tan delicado como ése se pueda votar por correo electrónico", explicó.
El informe de la comisión viene a dar la razón a la Plataforma de Izquierdas, que recurrió ante este órgano federal las listas electorales votadas por la dirección madrileña el pasado octubre. La Plataforma alegaba que el modelo matemático que se aplicó a la hora de asignar los puestos a los distintos candidatos no era el recogido en los estatutos de IU, y que eso había perjudicado a las corrientes minoritarias. Efectivamente, sus representantes, aun recabando el 30% de los votos del Consejo Político, quedaron relegados a los últimos puestos, sin opción ninguna a ser elegidos concejales o diputados.
La comisión de garantías determinó primero que el único modelo válido para ordenar las listas, porque así lo había aprobado la VI Asamblea Federal, era el del llamado "resto mayor", tal y como lo había desarrollado en un informe el profesor titular de Matemática Aplicada de la Universidad de Valencia Rafael Pla, y tal y como reclamaba la Plataforma de Izquierdas. Y, a continuación, pidió a Pla que, de acuerdo con ese modelo, reelaborase las listas electorales (sin tocar a los cabezas de lista). Le proporcionó para ello "solamente los datos numéricos" -los resultados obtenidos en las votaciones por las candidaturas presentadas por los distintos sectores de IU-, sin decirle ni quién las integraba ni a qué federación de IU pertenecían. El profesor se limitó a aplicar su fórmula.
Puestos de cabeza
Y el resultado es que las dos listas minoritarias que presentaron candidatura ante el Consejo Político, la de la Plataforma de Izquierdas y la de un sector del PCE desgajado a última hora de la lista mayoritaria van a poder escalar varios puestos. Eso a costa de los representantes de la candidatura conjunta presentada por el coordinador, Fausto Fernández, y el portavoz en la Asamblea, Ángel Pérez. Fernández y Pérez están enfrentados desde hace meses, pero pactaron una lista unitaria para repartirse de forma paritaria los primeros puestos.
La Plataforma pasa del puesto 9 al 3 en la lista del Ayuntamiento, y del 14 al 6 en la de la Asamblea. El sector del PCE desgajado de la mayoría obtiene el sexto lugar en la primera lista y el cuarto en la segunda. Actualmente, IU tiene cinco concejales en el Consistorio y ocho diputados en la Asamblea.
Los cabezas de lista, Fausto Fernández (candidato a presidente regional) e Inés Sabanés (aspirante a alcaldesa), rehusaron ayer comentar esta nueva situación hasta que la existencia del dictamen sea oficial y debatida por los órganos internos de IU-Madrid, que se reúnen el próximo lunes. Un portavoz de la formación se limitó a puntualizar que la federación madrileña "acatará cualquier resolución" de la comisión de garantías.
"El conflicto nunca debió empezar"
Si finalmente se aplica la reordenación de las listas electorales de IU en Madrid propuesta por Rafael Pla, el profesor universitario consultado por la Comisión de Garantías, las cosas quedarán así: los números tres y seis de la candidatura al Ayuntamiento, que ocupaban Justo Calcerrada y Carmen Pérez cuando las listas fueron aprobadas el pasado octubre, quedarán en manos de la Plataforma de Izquierdas y de un sector del PCE. Pero Calcerrada pasó a ocupar en enero el número dos de la lista municipal tras la dimisión de Carlos Gutiérrez, así que la Plataforma opina que en vez de al puesto tres deberían subir hasta el dos. También serán ocupados por los sectores minoritarios los puestos 4 y 6 de la lista a la Asamblea, ocupados ahora por Caridad García y Jorge García. Todos los desplazados, menos Carmen Pérez, son partidarios del sector de IU liderado por Ángel Pérez, portavoz en la Asamblea, aunque entre los mayores perjudicados -los que están ahora en la mitad de la lista y que caerían a la parte baja- hay también seguidores del coordinador regional, Fausto Fernández.
La Plataforma cree que "se ha hecho justicia". "Este conflicto nunca debió empezar, estaba claro que los estatutos no se habían aplicado. Supongo que habrá decencia política y el dictamen se cumplirá", señaló ayer Pedro Montes, miembro de la corriente minoritaria y de la Presidencia de IU.
"Parece que esto no se va a acabar nunca"
El dictamen de la Comisión de Garantías federal de IU, que obliga a modificar las listas electorales en Madrid, es sólo el último paso de un proceso que ha convertido la elaboración de las candidaturas en un auténtico calvario. El compromiso de cumplir con la cuota femenina, los enfrentamientos entre los dos sectores mayoritarios de la formación y, por último, el contraataque emprendido por los grupos minoritarios han obligado a realizar sucesivas votaciones, que a día de hoy parecen no ser aún definitivas. "Esto no va a acabarse nunca", suspiraba ayer un dirigente de IU.
Las candidaturas al Ayuntamiento y a la Asamblea, encabezadas por Inés Sabanés y Fausto Fernández, fueron aprobadas inicialmente el pasado 4 de octubre. Pero a los cuatro días ya se estaban poniendo en cuestión: primero la dirección se dio cuenta de que no se cumplía la cuota de sexo (al menos un 40% de mujeres en los 10 primeros puestos); después, los dos sectores mayoritarios, liderados por Fernández y por el portavoz en la Asamblea, Ángel Pérez, se enfrentaron por el reparto de poder en los primeros puestos.
Finalmente, el pasado 12 de enero, el número dos de la lista municipal, Carlos Gutiérrez, dimitió tras hacerse público que en 1998 había sido condenado por impago de la pensión alimenticia a su ex esposa y sus hijos. Tras una nueva pelea en IU, su puesto fue ocupado por el número tres, Justo Calcerrada.
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