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50 jóvenes revientan un acto de Ruiz-Gallardón

El presidente regional tenía previsto inaugurar una facultad en la Universidad Complutense Los estudiantes acompañaron al presidente regional en su regreso a Sol en el metro

Mábel Galaz

"El PP no quiere la paz". "No a la guerra". "No a la guerra, no con mi silencio". Alrededor de 50 profesores y alumnos de la Universidad Complutense acudieron ayer a la inauguración de la nueva Facultad de Informática para mostrar su protesta contra la política del Partido Popular en el conflicto con Irak. Alberto Ruiz-Gallardón, presidente del Gobierno regional, fue increpado por los asistentes, que le acompañaron con sus gritos y pancartas durante su visita a las instalaciones e impidieron que pronunciara el discurso previsto.

Eran las doce del mediodía y el sol apretaba. En las praderas de la Ciudad Universitaria, muchos estudiantes disfrutaban del buen tiempo. Otros, que también renunciaron a sus clases, decidieron acudir al acto programado a esa hora en la Facultad de Informática, donde Alberto Ruiz-Gallardón, presidente del Gobierno regional, iba a inaugurar el nuevo edificio. Al mismo tiempo que Ruiz-Gallardón era recibido por el rector de la Universidad Complutense, Rafael Puyol, y el consejero de Educación, Carlos Mayor Oreja, 50 alumnos y profesores se presentaban en el edificio con una inmensa pancarta y cientos de pasquines de "no a la guerra" y llamando a una huelga el día 13. Quien a esa hora todavía no había llegado a la Facultad era el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, al que sus colaboradores de protocolo esperaban. Álvarez del Manzano no se presentó porque a esa hora, probablemente, alguien ya le había advertido de que las protestas contra la política del PP en el conflicto de Irak habían comenzado. Ruiz-Gallardón, tras recoger algunos de los pasquines que le ofrecían los manifestantes y dar la mano a algunos de ellos, comenzó el recorrido. Fue una visita atropellada que sólo duró 15 minutos. Se saltaba de una sala a otra entre empujones y nervios. Los gritos de los manifestantes -"El PP no quiere la paz" y "No a la guerra"- acompañaron a la comitiva.

Hubo momentos de tensión en los que el presidente del Gobierno regional fue rodeado por los alumnos y profesores. Fue en unos de ellos cuando alguien le gritó: "Gallardón, asesino". "Eso sí que no lo consiento", respondió el dirigente del PP con tono enérgico. Fue el momento más tenso.

El consejero Carlos Mayor Oreja comentó entonces con Rafael Puyol: "Es normal que pase esto, con el ambiente que hay en la calle". Alguien le recomendó a Ruiz-Gallardón que suspendiera la visita. Pero el dirigente del PP ordenó: "Seguimos como estaba previsto".

A la postre, el presidente del Gobierno regional sólo varió una parte del recorrido: decidió pronunciar su discurso no en la sala de juntas de la facultad, donde estaba previsto, sino en el salón de actos, de mayor capacidad.

Al tiempo que tomaba esa decisión, invitó a los manifestantes a que designaran a un representante para que hablara. Este gesto de Ruiz-Gallardón no acalló los gritos y las protestas, sino que los avivó. Al medio centenar de alumnos y profesores que comenzaron las protestas se fueron uniendo otros estudiantes indignados con la guerra.

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Manifiesto

Marcelo fue el estudiante elegido por sus compañeros para subir al estrado. Leyó un manifiesto de oposición a la guerra y que a su vez convocaba a los estudiantes a unirse a un paro general en facultades y escuelas universitarias emplazándoles para "los días siguientes de comenzar la guerra oficial".

También animaba a los alumnos a sumarse a las dos manifestaciones previstas para los días 13 y 15 entre Moncloa y la plaza de España en contra del conflicto armado. Tras las palabras de Marcelo y los gritos de apoyo de los manifestantes, Ruiz-Gallardón se acercó al atril para hablar.

Le resultó imposible. "Habéis hecho una manifestación que nos ha merecido la consideración", consiguió pronunciar, "pero vuestra fuerza está en el diálogo y la fuerza de los argumentos es mucho más importante que el volumen del tono de la voz". Los gritos de protesta arreciaron. Las propuestas de diálogo de Ruiz-Gallardón fueron desoídas: ¿"Para qué?, Si nadie nos oye...", gritó una alumna que portaba una inmensa pancarta. "No hace mucho yo era uno de vosotros", añadió el presidente. Pero ni por esas. Los gritos impedían cualquier conversación normal.

"Cuando salgáis de la universidad, habréis aprendido lo importante que es el diálogo", añadió el dirigente del PP antes de concluir el acto sin pronunciar su discurso.

El regreso de la comitiva oficial al vestíbulo, donde estaba prevista una copa, fue coreado por nuevos gestos de protesta. Incluso, un estudiante virtió un zumo de tomate sobre su blanca camiseta y simuló estar muerto, arrojándose al suelo.

Fue entonces cuando Alberto Ruiz- Gallardón decidió marcharse. Lo hizo andando, tras despedir el coche oficial. Tomó un autobús de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) y con él se subieron una veintena de estudiantes; el resto se sentó en la carretera, delante del vehículo para impedir que arrancara.

En vista de la situación, Ruiz-Gallardón optó por seguir a pie hasta la boca de metro de la Ciudad Universitaria, situada frente a la Facultad de Ciencias de la Información. Al metro, Ruiz-Gallardón accedió con su abono de transporte y rodeado de estudiantes, muchos de los cuales seguían portando carteles con lemas contrarios a la guerra de Irak .

Todos compartieron vagón, con transbordo en Cuatro Caminos, hasta la Puerta del Sol, sede del Gobierno regional. El trayecto duró media hora, aproximadamente. A lo largo de él, el dirigente del PP tuvo que oír las protestas estudiantiles.

En la puerta de la Real Casa de Correos, Ruiz-Gallardón se despidió de los alumnos que le habían seguido toda la mañana, quienes todavía decidieron prolongar unos minutos más su protesta sentándose en el suelo y comiéndose una hamburguesa.

Ruiz-Gallardón, en el metro, rodeado de estudiantes con sus pancartas de "no a la guerra".
Ruiz-Gallardón, en el metro, rodeado de estudiantes con sus pancartas de "no a la guerra".BERNARDO PÉREZ

Una nueva facultad con 2.100 plazas

El nuevo edificio de la Facultad de Informática de la Universidad Complutense podrá albergar en sus instalaciones a 2.100 alumnos y 16 aulas. El centro está situado a espaldas de la Facultad de Derecho. En el inmueble se han invertido 25 millones de euros, de los que 12,8 millones se han destinado a dotar a las clases de los últimos adelantos técnicos, entre ellos, 240 ordenadores y 10 servidores en los 12 laboratorios con que cuenta. Hasta ahora, los estudiantes de Informática estaban repartidos en distintas dependencias universitarias. A partir de ahora, podrán verse reunificados.

El presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, del PP, señaló en la inauguración de este nuevo edificio que, desde que en el año 1995 la Comunidad asumió las competencias en materia de educación universitaria, el Gobierno regional ha pasado de invertir 36 millones de euros a 115 millones de 2002.

La subvención media por alumno era de 1.992 euros en 1995. Ahora, según los datos de la Consejería de Educación, es de 4.000 euros. El presidente del Gobierno regional también recordó que bajo su mandato se ha creado por ley la Agencia de Calidad, Evalución, Acreditación y Prospectiva Universitaria y la Ley de los Consejos Sociales de la Universidades Pública. "Hemos querido que la Comunidad sea ya una de las diez regiones más innovadoras de Europa".

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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