Manu, el alumno aplicado

"No he hecho más que empezar. Sólo he jugado veintitantos partidos en Primera, así que no soy nadie, ni siquiera me considero titular. Tengo mucho que aprender". Pese a ser uno de los jugadores que más despunta en el Málaga que hace historia en Europa, Manu Sánchez rezuma modestia. Todo lo más reconoce que a sus 24 años ha encontrado un poco de serenidad y confianza, algo que asegura se adquiere jugando y Joaquín Peiró este año le ha dado los minutos que Manu necesitaba para poner a prueba sus cualidades.

Natural de Fuengirola, como Juan Gómez Juanito, Manu recaló en el Málaga en enero de 2002 en un viaje de ida y vuelta. Jugó en los infantiles y cadetes del Málaga hasta que hace siete años Vicente del Bosque, lo descubrió y lo incorporó a las categorías inferiores del Real Madrid. La temporada pasada jugaba en el equipo de Segunda B hasta que le llegó la oferta del Málaga. No fue la única, pero se decidió por regresar a sus orígenes y por volver a vivir con su familia -es el mediano de tres hermanos- convencido de que en Málaga todo sería más fácil.

"En el Madrid no tenía oportunidades", admite; "Del Bosque siempre me habló claro y llegó el momento de tomar una decisión". Y la tomó para disgusto de Joaquín Peiró, el entrenador del Málaga, quien había pedido en invierno los refuerzos que le prometieron en verano, y se encontró que le trajeron a un chaval sin experiencia a quien no podía exigir nada. "Es lógico, yo venía de Segunda B y tenía que empezar por adaptarme a la Primera", reconoce el jugador, quien asegura deberle a su actual técnico "lo mejor" que le ha ocurrido en su carrera: "Debutar en Primera y darme confianza".

El capítulo más interesante del currículo de Manu era hasta entonces su participación con el Madrid en el Mundialito de clubes de Brasil en 2000. Después de aquella experiencia, Del Bosque lo llevó convocado en alguna ocasión con el primer equipo, pero no jugó ni un minuto en partido oficial.

Tampoco Peiró le dio muchas oportunidades en su primera temporada, salvo algún minutillo suelto. Claro que en una de esas marcó el gol que le sirvió al Málaga para derrotar al Alavés en liga. En aquella jugada exhibió la que cree su mejor cualidad, la velocidad. Esta temporada entró en el equipo para suplir ausencias. Empezó a cumplir y al final Peiró ha recolocado a Gerardo como pivote y ha convertido a Manu en el titular de la banda derecha. El jugador, que se precia de saber dar al balón con las dos piernas, se resiste a creerlo, pero ahí están sus actuaciones como la del domingo en el Calderón, o su momento más histórico, el gol que marcó al AEK en Atenas y metió al Málaga en los cuartos de final de la UEFA.

Manu, que se confiesa admirador de Figo, Raúl, y Fernando Redondo, insiste: "Tengo mucho que aprender, sobre todo colocación en el campo y saber dosificarme". También dice ambicionar más goles (lleva "sólo" dos en liga). Además se ser un alumno aplicado en fútbol, también quiere serlo en la Universidad, donde se propone cursar Empresariales.