La candidata del PP en Palma logra sacar de la lista a su secretario general

El PP de Baleares reconoció ayer la existencia de un cisma interior, una incompatibilidad personal entre dos de sus primeras figuras. La nueva candidata del PP a la alcaldía de Palma de Mallorca, la ex delegada del Gobierno, Catalina Cirer, consumó su objetivo político de excluir de su lista al secretario general del PP de Baleares, José María Rodríguez, hombre fuerte en el Ayuntamiento. "No cuento con él para incluirlo en la lista por razones de estrategia política", mantuvo Cirer, que amenazó con renunciar a la candidatura.

A cambio de lograr sacrificar a Rodríguez, Cirer tuvo que entonar ante la junta directiva del PP una disculpa, al asumir que se había equivocado al comunicar en público su incompatibilidad política con el responsable de la organización y, además, reconocer que "el partido hará las listas".

El presidente del PP de Baleares, el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, terció en la polémica que durante una semana erosionó la imagen del PP balear y anunció la incorporación del secretario general a la lista autonómica. Resolver "este acontecimiento" ha sido "una de las decisiones más difíciles", reconoció el ministro.

Matas sigue sin anunciar su candidatura a la presidencia de Baleares, porque está pendiente de que le destituya el presidente del Gobierno: "No estoy en condiciones. Corresponde a los órganos del partido", indicó.

Cirer planteó este pulso al PP, que cuestiona la consideración de Rodríguez, porque se le ofreció la garantía de poder formar un equipo de renovación y sin la presencia de aquél. Cirer preparó hace tres años, con su mentor el ex presidente Gabriel Cañellas, una operación de liderazgo alternativo a Matas. Cirer ha jugado fuerte porque goza de buenas perspectivas en las encuestas y porque es persona de máxima confianza del secretario general del PP, Javier Arenas.