"En mis tertulias no se grita"
Aunque lleva 20 años sonando en la radio, la voz de Pepa Fernández (Cervera, Lleida, 1965) no había cruzado los límites de Cataluña hasta hace cuatro temporadas, cuando se hizo cargo de No es un día cualquiera, la revista del fin de semana de Radio Nacional de España (RNE). Desde entonces, la periodista ha ido moldeando el programa a su gusto, que, por lo visto, coincide con el de la audiencia. Pese a la dura competencia -se mide con estrellas de la radio como Fernando G. Delgado (SER) y Concha García Campoy (Onda Cero)-, No es un día cualquiera va ganando adeptos. En torno a los 700.000, dicen las últimas encuestas que ya tiene.
Pregunta. ¡Menuda competencia la suya!
Respuesta. Sí, sí, muy fuerte, pero intento no pensar en ello. Procuro tener claro lo que quiero hacer y no me preocupa lo que hagan los demás. Si dejara que eso me influyera, me moriría. Fíjese con qué monstruos compito siendo yo una profesional sin nombre, alguien a quien no conoce nadie.
P. Bueno, ya va siendo popular.
R. Mi voz, tal vez, pero mi físico, no, aunque creo que me gusta más así. Siempre he preferido la radio a la televisión porque te permite ser tú misma. En la radio nadie te ve, pero en televisión la apariencia es muy importante.
P. En su programa no se tratan temas políticos. ¿Por qué?
R. Ni política, ni corazón, ni fútbol. Parece imposible. No tratamos ninguno de los asuntos que se supone que captan audiencia, y sin embargo, la tenemos, y estoy segura de que quienes nos escuchan -prefiero llamarlos escuchantes a oyentes- nos agradecen que no abordemos esas cuestiones. Además, creo que el público ya está bastante saturado de política.
P. No es un día cualquiera tiene un cartel de colaboradores extenso y con sensibilidades variadas, de Forges a José María Íñigo, pasando por Álex Grijelmo, Ramón Pi, Andrés Aberasturi, José Antonio Marina, Javier Sádaba, Ángel Pavlovsky y un largo etcétera.
R. Sí. En realidad son ellos quienes hacen el programa. Yo no tengo ningún mérito. Y en cuanto a los puntos de vista distintos, mi voluntad siempre ha sido que el espacio fuese lo más plural y respetuoso posible. Mi propósito es no molestar a nadie. Sé que eso es difícil, pero lo intento. Otra cosa que procuro es mantener un tono tranquilo, porque en el fin de semana el público escucha la radio a otro ritmo, sin nervios. Por eso en las tertulias de No es un día cualquiera no se grita.
P. Usted fue la responsable de la vuelta de José María Íñigo a la radio tras muchos años de ausencia. ¿Cómo se le ocurrió?
R. Le invité a una tertulia sobre bigotes, y, aunque al principio lo dudó, al final aceptó y se divirtió mucho. Así que le propuse que siguiera colaborando, y ahora lleva dos secciones, El musiquero y el Diccionario de viajes. Él mismo se extraña de la repercusión de sus comentarios. La gente hasta le para por la calle.
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