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Crítica:CRÍTICA | CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Solemnidad

Bajo el epígrafe de L'ouverture française dans l'Europe Musicale du Baroque, Jordi Savall presentó un programa centrado, teóricamente, en esa forma musical. En realidad, sin embargo, proponía un viaje a lo que, de alguna manera, representa: los ambientes más cortesanos del Barroco, los fastos mundanos más que eclesiásticos, las atmósferas de gloria y poder tan absolutas como -a veces- tambaleantes. Un programa que, además, parecía querer demostrar la influencia que tuvo la obertura francesa en la música europea. Porque, si Lully puede ejemplificar a la perfección los parámetros arriba señalados, Haendel, Bach y -a su manera- Cabanilles bucearon también en aguas diferentes. Pero Savall seleccionó, entre las obras de cada autor, las páginas que mejor iluminaran el carácter solemne de dicha forma. Solemnidad que no deriva sólo de la estructura lento-rápido-lento (de efecto totalmente contrario a la que es habitual en las sonatas), sino también de que los vientos -y, dentro de los vientos las trompetas- hegemonicen el discurso, del carácter fugado que tiene la sección rápida -con lo cual se aleja cualquier sospecha de trivialidad- y, sobre todo, del cerrar las puertas a una incipiente expresión más intimista que -se quiera o no- andaba asomándose ya en la época: el Bach de esta Suite para orquesta núm. 4 se parece al Bach de las Partitas para violín en la perfección de la escritura, pero aquél es mucho más cortesano, mientras que éste suena con mayor recogimiento. Y el Haendel de los Reales fuegos de artificio sólo recuerda al de -por ejemplo- Piangerò la sorte mia en la facilidad melódica. Savall escogió para esta sesión el barroco más oficial y rutilante, el que utiliza máquinas de viento y efectos de eco. Y está bien que así fuera, porque esa faceta fue importante y, de alguna manera, determinó el estilo.

Le Concert des Nations

Director: Jordi Savall. Obras de Lully, Marais, Bach, Cabanilles y Haendel. Palau de la Música. Valencia, 13 de febrero de 2003.

Quizá para subrayar los nexos, quizá para demostrar la influencia de la obertura francesa sobre diversos géneros y compositores, el músico de Igualada subrayó las semejanzas entre todas las obras. No parece, sin embargo, que sea ésta la única opción posible. Incluso dentro del marco de lo cortesano y de lo oficial, aceptar y resaltar las diferencias no hace sino enriquecer el resultado, ya que, de lo contrario, puede rozarse la monotonía expresiva.

En el plano estrictamente técnico, los vientos de Le Concert des Nations, especialmente trompas y trompetas, fallaron más veces de lo deseable. La opción de tocar con instrumentos originales debería implicar cierto compromiso para aumentar las esperanzas del oyente en cuanto a oírlos sonar afinadamente. De lo contrario, el historicismo musical reducirá sus posibilidades de extensión entre el gran público.

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