Un portero muere de un tiro en la nuca en presencia de su hijo menor
Un individuo mató entre las 11.00 y las 12.00 de ayer a Juan Francisco L., de 50 años, de un tiro en la cabeza cuando la víctima estaba con uno de sus hijos, de dos años, en su vivienda, situada en los bajos del número 89 de la calle de Alonso Cano (Chamberí). Juan Francisco L. era el portero de la finca desde hacía más de 10 años, según los vecinos.
Fue la esposa del fallecido, Elena, de origen ecuatoriano, quien descubrió el crimen al volver a casa tras su jornada de trabajo como limpiadora doméstica. La mujer halló el cuerpo sin vida de su marido con un gran charco de sangre bajo la cabeza, según explicaron sus familiares. Junto al cadáver, el hijo menor de la pareja balbuceaba: "¡Ha entrado un señor!". El otro hijo, de cuatro años, estaba en esos momentos en la escuela. La vivienda no estaba revuelta ni faltaba el dinero que el matrimonio guardaba, según la familia.
La policía informó de que el portero falleció de un disparo en la parte posterior de la cabeza y que, junto al cuerpo, fue encontrado al menos un casquillo. Ni la policía ni los familiares de la víctima aventuraron ayer cuál pudo ser el móvil del crimen.
"Era una persona encantadora, siempre de buen humor y que saludaba a todo el mundo", recordaba Francisco Carril, un vecino del edificio en el que trabajaba la víctima. En términos similares se manifestaron sus familiares y las empleadas de la tienda de material de oficina que hay en los bajos del inmueble. "Nunca ha sido problemático ni ha estado metido en líos", insistían. El portero de la finca colindante no podía reprimir las lágrimas por la muerte de "un gran amigo y mejor compañero".
Casado y con seis hijos
Juan Francisco estaba casado en segundas nupcias con Elena, con la que tenía dos hijos, de dos y cuatro años de edad. El fallecido tiene cuatro hijos más, tres chicas y un chico ya mayores, fruto de un matrimonio anterior. Todos ellos, incluida su ex esposa, acompañaron ayer a la viuda mientras la policía y el juez permanecieron en la vivienda. Éste es el quinto homicidio que se produce en la región desde principios de año.
El portero, conocido por sus familiares, vecinos y amigos como Paco, era muy conocido y apreciado en el barrio. Ayer, como cada día, estuvo en el vestíbulo de la finca desde las 8.00. "He salido de casa a las ocho y media y él ya estaba allí, en su garita. Nos hemos saludado como cada día", explicó una vecina.
En las horas anteriores a su muerte, la víctima siguió su rutina: barrió la acera, fregó el vestíbulo y llevó el correo a la papelería. "Ha venido de buen humor, como siempre", contaban por la tarde las empleadas. "Estaba con su hijo pequeño. Le gustaban mucho los niños, era muy cariñoso con ellos".
Por otra parte, una mujer inválida de 82 años falleció ayer tras sufrir una parada cardiorrespiratoria por inhalación de humo al producirse un incendio en su casa, en el número 19 de la calle del Doctor Espina (Carabanchel).
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