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Crónica:TENIS | ABIERTO DE AUSTRALIA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Ferrero y Ruano se desmoronan

El Abierto de Australia se quedó ayer sin tenistas españoles. Juan Carlos Ferrero, el cuarto cabeza de serie, se desmoronó ante el surafricano Wayne Ferreira, que le ganó los dos primeros desempates, 7-6 y 7-6, y le remató con un elocuente 6-1 en el tercer set. A su vez, Virginia Ruano empezó como un vendaval, pero fue perdiendo fuelle a medida que la belga Justine Henin, la quinta, entró en el partido. De un 2-0 pasó a perder por un doble 6-2.

El mérito de Ferrero y Ruano es el de haber sido los que más lejos han llegado. Pero, en definitiva, no pasaron de los cuartos de final. Para el valenciano, sobre todo, un resultado corto a tenor de sus aspiraciones. Lo más grave es que acabó completamente descompuesto ante su rival y con evidentes ganas de salir disparado hacia el vestuario. "Me desconcentré. Físicamente, estaba bien. Pero si la cabeza no funciona...", confesó.

Ferrero siempre creyó que las semifinales eran asumibles. Pero Ferreira mantuvo siempre un buen nivel de efectividad con su saque y en ese golpe basó, como suele hacerlo, toda su estrategia. En superficies rápidas esa táctica le funciona. En tierra batida se convierte, en cambio, en un jugador mediocre. Incluso ayer, en los pocos momentos en que bajó el listón, Ferrero le rompió y le creó problemas. Eso ocurrió en la segunda manga, cuando el español se colocó con 3-1 y luego, con 5-4 y el saque, dispuso de tres bolas para resolverla.

Fue el momento crucial. Porque después Ferreira se colocó con 5-1 en el desempate y lo acabó ganando. Con dos sets en contra, a Ferrero se le cayó el mundo encima. No tuvo capacidad para reaccionar y se fue hundiendo en un océano de dudas, errores y falta de convicción en sus posibilidades hasta sucumbir de forma estrepitosa. Ferreira recuperó así el hilo de su mejor actuación en el Grand Slam. Sólo una vez había estado en unas semifinales: en la mismo cita australiana, en 1992. Su próximo contrincante será el estadounidense Andre Agassi, que no tuvo dificultades ante el francés Sebastien Grosjean.

Por contra, Ruan, de 29 años, tiene motivos para sentirse orgullosa. Sólo había alcanzado una vez los cuartos de un grande: Roland Garros 95.

Ayer, ante Henin, la madrileña despertó esperanzas cuando se colocó con 2-0 en la manga inicial y dispuso de dos bolas para llegar al 3-1. Pero ahí acabó. "No supe aprovechar mis oportunidades", dijo.

Juan Carlos Ferrero, abatido.
Juan Carlos Ferrero, abatido.REUTERS

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