El Tau cumple su parte

Es difícil de explicar lo que ocurrió en Vitoria ayer. El Tau debía ganar, y a ser posible por más de diez puntos, para ir a la Copa del Rey, competición de la que es el actual campeón. Pero no sólo eso. En cualquier caso, y pese a su sufrida victoria de ayer, depende de terceros. El Tau cumplió su parte. Ganó por 11 al Breogán, aunque lo hizo en la prórroga, con cierta ayuda arbitral y de mala manera, con un juego paupérrimo. Ahora sólo le queda esperar a que hoy se complete la jornada. Si el Barça vence al Lucentum en el Palau, como parece lógica para los juagdores y los hinchos del conjunto vitoriano, se redondearía la carambola.

La presión agarrotó ayer al Tau. Y de qué manera. Errático y asustado, practicó una defensa poco reconocible, que Garcés y Devin Davis no tardaron en interpretar. El Breogán fomentó la confusión en un partido feo y descalabrado. Levantó una zona y obligó a los jugadores de Ivanovic a tomar decisiones comprometidas. Todos fracasaron, excepto el francés Foirest, que ya sumaba 14 puntos en el descanso gracias a su privilegiada y elegante muñeca. Griffith también le ayudó.

Hubo en el Baskonia dos noticias positivas, amén del resultado. La primera, que nadie se lesionó, lo que significa una novedad en un equipo que tiene la enfermería a reventar. La segunda, el regreso anticipado de Luis Scola, aunque acusó su mes y medio de inactividad. Eso sí, en cuanto se familiarizó con los aros, el Breogán tuvo de qué preocuparse.

El Tau tuvo oportunidades de rematar el partido. La primera, ya antes del descanso, con 32-24 en el marcador. Pero el Breogán tuvo en Gadou a un aliado, como lo tienen todos los rivales del Baskonia. El francés, a sus 33 años, ya no da más de sí. Más adelantado el partido, en el tercer cuarto, un par de triples de Allen hicieron ver al Tau el final del túnel (52-43). Sin embargo, el Tau estaba condenado a sufrir hasta el final.

Con su actitud no merecía el conjunto que dirige Ivanovic otro desenlace, porque del juego del que fuera campeón de la Liga y de la Copa en el 2002 poco queda. No podía ni pensar el Tau en los diez puntos de ventaja deseados, así que tuvo que poner todo su empeño en ganar, sólo en ganar. Se dejó empatar e ir a la prórroga, y aquello fue lo mejor que le podía ocurrir. Los árbitros captaron el mensaje de que una Copa sin el Tau no es igual y colaboraron lo suyo. Sólo entonces el Baskonia remató.