En busca de contrastes

Popular gracias a dos series de televisión (Pepa y Pepe y El comisario) y una filmografía que empieza a ser abultada, pisa ahora con paso firme en los teatros de toda España con La gaviota, de Chéjov.

Como la gaviota, ¿vuela hacia la costa o prefiere destinos de tierra adentro?

Soy amante del mar, pero también de la montaña y de las ciudades, las europeas y las de culturas distintas. Disfruto con Praga, Florencia, Amsterdam, pero también con Nueva York, Petra o Bali... A mi edad, he tenido la suerte de viajar mucho.

Impresionante...

Es uno de mis vicios. Viajo todo lo que puedo. Incluso sola: con 17 años me hice un tour por toda Italia: Florencia, Roma, Venecia...

¿Qué le hace decantarse por un lugar u otro?

El contraste. Me apetece conocer lugares que te metan en otra cultura, en un paisaje distinto del cotidiano, pero no tengo un lugar preferido. Disfruto igual con una casita rural perdida por el norte que de un atardecer en Petra; otras veces me apetece ir a Nueva York, a pesar del ritmo frenético. Depende de lo que te pida el cuerpo.

¿Volvería a algún sitio?

Sí, a La Habana. Es una ciudad con muchísima historia. Está dividida en dos: por un lado está en una situación muy difícil por el bloqueo económico; pero también está orgullosa de no bajarse los pantalones. Me fascina su alegría de vivir, su relación con el sexo, el baile, los ritmos o la santería. Siempre recuerdo a esas mujeres mayores fumando habanos o a la gente sentada en los portales; no sé si esperan algo o simplemente disfrutan de la vida.

¿Y la próxima parada?

Ahora mismo, que estoy interpretando una obra de Chéjov, quiero conocer Rusia porque he estado leyendo mucho sobre el país y también a autores rusos. Y también la India.