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Reportaje:

Tragedia en la montaña

La inexperiencia y la falta de equipos adecuados, causas de los accidentes en Sierra Nevada

Tres muertos en sólo dos fines de semana. Un desaparecido. Tres rescatados. Dos heridos. "Hay una trampa grandísima en Sierra Nevada, y mucha gente lo desconoce". Lorenzo Arribas, representante de la Federación Andaluza de Montañismo en el Patronato del Parque Nacional de Sierra Nevada, sabe de lo que habla. Lleva muchos años subiéndose a la montaña y se conoce cada uno de sus resquicios. Su diagnóstico sobre los accidentes mortales de los últimos 12 días en Sierra Nevada es inapelable: la nieve no es nieve estos días, sino hielo; la altura es mucha, y, con ella, sus peligros; los excursionistas desconocen a veces cómo está la ruta que deciden seguir; van sobrecargados de peso; no saben utilizar adecuadamente crampones y piolets en caso de caída. La suma de todos esos factores da un sólo resultado: la tragedia.

"Hay que utilizar el piolet y parar una caída. De lo contrario, llega el accidente".

El pasado 30 de noviembre, un montañero marbellí de 40 años perdió la vida al resbalar y despeñarse más de cien metros cuando ascendía con un grupo de amigos por el Collado de la Carihuela, próximo al Veleta. Menos de 24 horas más tarde, un madrileño de 26 años resbaló cerca del refugio de La Caldera y se precipitó ladera abajo más de 350. Su cadáver fue encontrado al día siguiente por efectivos del Servicio de Rescate e Intervención en Montaña (Sereim) de la Guardia Civil. El pasado domingo, un joven murciano de 24 perdía la vida en otro accidente. Y ayer mismo, la Guardia Civil tenía que suspender las labores de búsqueda de un montañero gaditano de 26 años desparecido desde el sábado. No lleva ropa adecuada y está expuesto a bajísimas temperaturas.

"La base de todo", explica Arribas, "está en las características de la nieve". "En Sierra Nevada, al estar tan al sur, antes de nevar, llueve. Cuando nieva, lo que se produce es hielo, una inmensa chapa de hielo como un cristal. Si alguien no lleva el calzado adecuado -los crampones, pinchos para caminar por el suelo- resbala. Y cuando eso sucede, hay que saber parar una caída, porque la velocidad que se adquiere es enorme. Hay que saber utilizar el piolet y parar. De lo contrario, llega el accidente".

Sierra Nevada presenta, además, peligros ciertos. "La gente está acostumbrada a llegar en coche hasta Pradollano, dejarlo allí aparcado y hacer a pie la travesía hasta el Mulhacén [el pico más alto de la península, con 4.382 metros]. Y ésa es la peor ruta", dice Arribas. Lo es porque los excursionistas siguen el recorrido de las máquinas que allanan la carretera. Se van confiando. Pero al llegar a cierta altitud, las máquinas no trabajan. "De pronto, la gente se encuentra en un terreno virgen, expuesta a unas temperaturas bajísimas, a tormentas y siguiendo una carretera que creen segura y que está situada junto a tajos muy profundos". Un resbalón ahí puede resultar fatal.

Arribas habla de un peligro añadido: "Los excursionistas van cargados en exceso de peso. Llevan la mochila, comida, saco de dormir. Uno puede soportar llevar encima cinco kilos de peso, pero no 25. Primero, porque te agota, y segundo, porque te desequilibra con un golpe de viento". "Si a todo eso se le une el hecho de que, luego, para volver adonde tienen el coche, van a hacer el mismo recorrido, el riesgo se duplica".

Con él coincide Rafael Quintero, guarda del refugio de Poqueira. "Hay varios factores de peligro", dice. "Está la mala equipación de la gente que viene, está la inexperiencia, y si eso se mezcla con el estado de la nieve en estos primeros días de temporada, en que es hielo, ya hay un gran riesgo". "Los accidentes que se han producido estos días han sido o por no llevar crampones o por no saber utilizarlos. También ahora la gente sale más a la montaña sin ir acompañada de personas sin experiencia. Y para ir a la montaña hay que estar muy bien preparado, muy bien informado de la meteorología, de las rutas, de la situación de los refugios".

"Cuando la sierra está en estas condiciones, como en estas primeras semanas", señala Lorenzo Arribas, "la gente que no tiene experiencia y material adecuado debe abstenerse". Es mejor, añade, esperar a que las siguientes nevadas cubran las capas de hielo y el tiempo acompañe. Como medida, la Federación Andaluza de Montañismo va a proponer la instalación de carteles en Pradollano, en la estación de esquí, advirtiendo del riesgo de determinadas rutas y sus condicionantes.

Bien informados, bien preparados

Cuando se produce un accidente en alta montaña, la movilización de efectivos es inmediata. Granada cuenta con el Servicio de Rescate e Intervención en Montaña (Sereim) de la Guardia Civil, integrado por una veintena de expertos en montañismo, además de un helicóptero y su tripulación. En lo que va de año, el Sereim ha actuado en 49 ocasiones. En los últimos meses ha habido seis accidentes mortales y un desaparecido. Los agentes saben que se juegan la vida.

"Ése es nuestro trabajo", dice una fuente de la Guardia Civil. "Lo que sí pediríamos es que los excursionistas sigan una serie de recomendaciones a la hora de ponerse en marcha para evitar riesgos".

Hace tiempo se barajó la posibilidad de que fuesen los excursionistas perdidos los que luego abonasen las costas de su rescate. Pero la iniciativa no prosperó. "Hoy cada comunidad autónoma asume esa responsabilidad", explica Carlos Ballesteros, gerente de la Federación Madrileña de Montañismo. "La Guardia Civil, o los Mossos d'escuadra, en Cataluña, o a veces, los bomberos y Protección Civil son quienes asumen esa responsabilidad. Los helicópteros también son gratuitos. Pero a veces no estaría mal que pagasen aquellos que han hecho una travesía sin control ni prevención".

Las recomendaciones de los agentes del Sereim, o del guarda del refugio de Poqueira, Rafael Quintero, son muy precisas: "Que la gente vaya bien preparada, bien equipada, que se informe de las condiciones meteorológicas, de la ruta que va a seguir. Que lleven un móvil, que nunca vayan solos. Y que llamen a los refugios, que nos llamen antes de salir para que les informemos de cómo está todo. Que nos llamen", insiste Quintero, que facilita el número de teléfono 958 343 349. La Guardia Civil, por su parte, insta a que se vaya acompañado siempre de alguien con más experiencia, a que se adecúen los equipos al tipo de excursión que se va a realizar, a que nunca se vaya en grupos de menos de tres personas ya que, en caso de accidente, uno puede quedarse con el herido en tanto que el otro va a buscar ayuda. También piden que se comunique el Sereim el itinerario que se va a realizar, el tiempo que se calcula en que se llegará a un objetivo y puntos de control en la ruta. De ese modo, si un grupo de excursionistas no llega al lugar prefijado a cierta hora, el servicio de rescate se pondrá inmediatamente en alerta para buscar a los excursionistas. Y una petición: que se le tenga respeto a la montaña.

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