Cambio obligado de rumbo en REE
Relega su diversificación y refuerza sus ingresos regulados con las redes de las eléctricas
La diversificación impulsada en los últimos años por REE pasa a un segundo plano y su negocio regulado vuelve a ser el objetivo principal. Tras pagar 1.400 millones por las redes de Endesa y Unión Fenosa (UF), y pactar un preacuerdo para hacerse con la de Iberdrola, quiere acabar el año como único transportista español de electricidad por redes de alta tensión. Un espectacular y repentino giro estratégico alentado por el Gobierno y favorecido por el elevado endeudamiento de las eléctricas y por la crisis y la atonía de los mercados en general y del sector de telecomunicaciones en particular.
Dispara su deuda para hacerse con la totalidad de la red de alta tensión con el beneplácito del Gobierno y de las compañías eléctricas
"Era una oportunidad que no íbamos a dejar escapar y que satisface uno de los objetivos perseguidos por REE: ser el transportista único en España y situarse en una buena posición en esta actividad en Europa de cara a los cambios que se avecinan en el mercado eléctrico", señala el presidente de la compañía, Pedro Mielgo. El acuerdo de Iberdrola con la gestora británica de fondos CVC Capital Partners para la venta de su red de alta tensión, en julio, disparó las alarmas en el Gobierno y en la Comisión Nacional de la Energía (CNE), que no querían una infraestructura básica fragmentada y en manos extranjeras, y propició la nueva estrategia de REE.
Esta compañía, que había pujado en su día por la red de Iberdrola con una oferta inferior a la presentada por CVC, vio reabierta la posibilidad de quedarse con estos activos de transporte de alta tensión y adicionalmente con los de las demás eléctricas. Éstas, por su parte, encantadas de la vida, porque el acuerdo suscrito entre Iberdrola y CVC fijaba un precio sustancioso de referencia para las redes de las que querían desprenderse para enjugar su oneroso endeudamiento (más de 43.000 millones de euros deben en conjunto Endesa, Iberdrola y UF).
Todos, o casi todos, contentos. El Ministerio de Economía y la CNE, también. Han visto cumplido su objetivo de impedir la segmentación de la red y mantenerla bajo titularidad española con el sólo amago de poner la proa al pacto de Iberdrola y CVC. REE, en un proceso acelerado, perfila hoy los últimos detalles para su entrada en la sociedad creada por CVC para la gestión de los activos comprados a Iberdrola, y en los primeros días de noviembre cerró con Endesa y UF la compra de sus redes de transporte de alta tensión por 1.345 millones de euros. Y antes de final de año se propone cerrar la compra de las líneas de Hidocantábrico y Viesgo, que suponen un porcentaje mínimo sobre el conjunto de la red, pero que le permitirán convertirse en propietario único de la infraestructura de transporte.
Por estas compraventas, Endesa recibe 950 millones de euros, y UF, 395, cantidades a las que sumarán, respectivamente, 102 y 35,6 millones, en concepto de la operativa y el mantenimiento pactado por cuatro años de las infraestructuras que ceden. La compra de estos activos, cuyo importe supera el actual valor de REE en Bolsa, se va a financiar con deuda (a través de un crédito puente de un año de duración y con la posterior refinanciación por medio de deuda bancaria y bonos).
El acuerdo con CVC e Iberdrola, cuyos flecos se ultiman ahora, es mucho más complejo y se articula de forma que los fondos generados por los activos que se adquieren sirvan para devolver los recursos ajenos obtenidos. REE sólo va a aportar en principio el 25% de 45 millones de euros, que son los fondos propios de Redalta. Esta sociedad, creada por CVC, es titular del 100% de las acciones de Inalta, constituida a su vez para la adquisición de los activos de Iberdrola. Inalta, que abona 577 millones a la eléctrica por los activos y le va pagar otros 17 millones anuales durante un trienio por la gestión operativa de las líneas adquiridas, cuenta para afrontar esta operación con 45 millones de fondos propios, un préstamo participativo de 30 millones de la propia Iberdrola y un crédito de Deutsche Bank por 502 millones de euros, que en ambos casos se amortizarán en 2018. Los ingresos que obtendrá Inalta por la explotación de esta red le servirán para pagar la deuda contraída con el banco alemán y con Iberdrola. REE se reserva una opción para quedarse con el 100% de estos activos de transporte a partir del quinto año de la entrada en vigor del contrato, pendiente todavía de la aprobación final por parte del Gobierno.
Al margen de esta operación, el endeudamiento de REE se ha disparado con la compra de las redes a Endesa y UF: su deuda neta pasa de 711 a 2.066 millones de euros. Fuentes de REE aducen, sin embargo, "que estas adquisiciones no agotan la capacidad de endeudamiento de la empresa" y que su deuda goza de una buena calificación "por la estabilidad y fortaleza de sus flujos de caja".
REE, además, tiene que hacer frente al grueso de las inversiones previstas en el plan energético aprobado por el Gobierno hasta 2011, que cuantifican en 2.700 millones las destinadas al desarrollo de redes de transporte, lo que va a suponerle un mayor esfuerzo de financiación. Mielgo asegura, sin embargo, que REE está cumpliendo y va a cumplir estos deberes y que la adquisición de las nuevas redes va a ir acompañada de un incremento de 60 millones de euros anuales en las inversiones previstas en estas infraestructuras. "Vamos a destinar entre 200 y 210 millones anuales hasta el 2011".
Este esfuerzo en redes ha exigido a REE un replanteamiento de su plan de diversificación y un drástico recorte en sus objetivos e inversiones previstas en telecomunicaciones e internacionalización. En telecomunicaciones, "donde la evolución del negocio está siendo satisfactoria, pero por debajo de las expectativas", va a reducir de 400 millones a 150 millones de euros las inversiones previstas para el periodo 2002-2006.
Dudas en el precio y sobre un posible conflicto de intereses
"Es un precio asumible y coherente con nuestros objetivos". Mielgo replica así a algunos analistas que consideran excesivo lo pagado a Endesa y UF por sus redes. UBS Warburg, por ejemplo, cree que ha habido una sobrevaloración de 425 millones. Otros analistas, sin embargo, señalan que para estos activos no existe mercado, y que su valor viene dado por los ingresos regulados que se espera de los mismos. Depende de las tarifas que aprueba el Gobierno y no es previsible que éste deje en la estacada a REE. En esta compañía aducen también los mayores ingresos que van a aportar las redes adquiridas y la rentabilidad que estas operaciones generan en sinergias y economías de escala.Desde REE también salen al paso de otras críticas que plantean un posible conflicto de intereses entre la propiedad de la red de transporte y la operación del sistema. Señalan que el conflicto puede existir a la hora de decidir, por ejemplo, cuándo y a quién se interrumpe el suministro en caso de necesidad, pero que éste siempre será resuelto mejor si las dos funciones corresponden a una misma empresa, con lo que al final se pueden compensar los incentivos que se reciben por cada una de ellas que si cada una de las funciones las realiza una compañía diferente.
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