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Crónica:GIMNASIA | Campeonatos del Mundo
Crónica
Texto informativo con interpretación

Deferr repite plata

El gimnasta se queda a 0,012 puntos del oro en suelo, donde ya fue segundo hace tres años

Amaya Iríbar

Apenas 0,012 puntos. Esta diferencia mínima separó ayer al gimnasta español Gervasio Deferr de lograr la medalla de oro en el ejercicio de suelo de los Campeonatos del Mundo por aparatos que terminan hoy en la ciudad húngara de Debrecen. La de plata, la misma que logró en los mundiales de 1999, sabe a triunfo pues el campeón olímpico acaba de salir de una larga lesión en los hombros, de esas que retiran a los gimnastas, y no descarta tener que volver a pasar por el quirófano.

"Estoy muy contento con el resultado porque tengo año y medio de entrenamiento menos que el resto", aseguró ayer Deferr, 22 años recién cumplidos, poco después de colgarse la medalla de plata y someterse al control antidoping.

"Estoy muy contento con el resultado porque tengo año y medio de entrenamiento menos"
Deferr salió el primero, cuando los jueces están fríos y se resisten a subir las notas

Deferr era el único español en las cinco finales programadas para ayer (tres para los chicos y dos para las chicas). La suya, el ejercicio de suelo, abría la jornada a primera hora de la tarde. El gimnasta catalán de padres argentinos salió el primero, cuando los jueces aún están fríos y se resisten a subir las notas. No falló. Clavó sus cuatro series, no se desquilibró en el olímpico, como había hecho el día anterior, y se despidió del público con el puño alto.

A pie de pista le esperaba su entrenador, Alfredo Hueto, el hombre que le ha acompañado durante los últimos 15 años y a quien más agradecido estaba ayer Gervi, como pide que le llamen: "se lo debo a él".

Los jueces le devolvieron un 9,700, media décima más de lo que le habían dado el día anterior, en la semifinal de los 16 mejores, y una nota de plata por lo visto en los dos días previos de competición. Deferr tuvo que esperar a que pasaran por la pista los otros siete finalistas para creerse que había conseguido superar con creces sus aspiraciones para este mundial al que no ha llegado en su mejor estado de forma.

El disgusto se lo dió precisamente el último en salir, el rumano Marian Dragulescu, campeón mundial en esta prueba en 2001, que logró un 9,712. "Salir el primero influye mucho", aseguró Deferr, quien sin embargo reconoció el triunfo de su rival, a pesar de que éste estuvo a punto de salirse del tapiz en una de sus diagonales: "ha sido el mejor los tres días".

Ambos gimnastas parecen clónicos, más ahora que el español ha perdido siete kilos: 1,66 metros y 61 kilos de Gervi contra 1,64 metros e idéntico peso del rumano; ambos nacidos en 1980 con apenas un mes y unos pocos días de diferencia en favor de Deferr y con una potencia de piernas brutal que les convierte en especialistas en los ejercicios de salto y suelo.

El resultado tiene doble valor porque demuestra la recuperación del gimnasta catalán, que volvió a entrenarse hace apenas cuatro meses, y porque este mundial premia a los verdaderos especialistas en cada aparato, que no se pueden permitir ni un sólo fallo en una competición más larga de lo habitual. Mientras que en los Juegos Olímpicos y en los Campeonatos Mundiales absolutos, los gimnastas se plantan en las finales por aparatos tras competir sólo una vez, en Debrecen han tenido que superar dos cribas previas antes de la final. Y eso en un deporte en el que ni los mejores se libran de las caídas. Que se lo digan a la veterana gimnasta rusa Svetlana Jorkina, que atesora todos los títulos europeos, mundiales y olímpicos en el ejercicio de paralelas desde 1996 y ayer se tuvo que conformar con la séptima plaza tras perder las bandas dos veces.

Ninguno de los grandes rivales de Deferr falló ayer. Los que más temía Gervi -odia su nombre completo- le acompañaron en el podio. El rumano un peldaño arriba y el búlgaro Jordan Jovtchev, a punto de la treintena y un crack según el gimnasta español, uno por debajo.

Con este resultado el gimnasta catalán se quita además la espinita de no haberse clasificado para la final olímpica en este aparato, una de sus grandes especialidades. Fue campeón europeo junior de suelo en 1998, subcampeón del mundo el año siguiente y de Europa en 2000. Hace menos de un mes ganó la misma prueba en una cita de la Copa del Mundo. Su gran triunfo, sin embargo, se lo dio el salto, donde logró la medalla de oro en Sydney. En Hungría, Gervi renunció a participar en este aparato. "Aún me duele el hombro cuando empujo con fuerza", explicaba poco antes de viajar.

La medalla no sólo le supo a gloria al propio gimnasta sino a todo el equipo español. "Estamos contentísimos porque nos hacen falta este tipo de resultados de cara al mundial del año que viene [en los Ángeles, donde se decidirán las plazas para los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004]", aseguró Álvaro Montesinos, jefe de la delegación española en Debrecen.

Gervi, que compite mejor que entrena, se ha ganado a pulso el liderazgo de ese equipo, del que falta desde hace un año el bicampeón mundial de la barra fija, Jesús Carballo, lesionado en una rodilla en los pasados mundiales y que aún no ha vuelto a la alta competición. También ha puesto el listón muy alto para el resto de los gimnastas españoles.

El relevo lo toman hoy su compañero de equipo, Andreu Vivó, que se ha clasificado con la segunda mejor nota para la final de paralelas, y la mallorquina Elena Gómez, la tercera mejor en barra. Será muy difícil que consigan medalla, pero si lo hacen, será el mejor resultado de la gimnasia artística española en unos mundiales.

Para Deferr la siguiente prueba será la Copa del Mundo en Stturgart (Alemania), el master de la gimnasia, el próximo fin de semana. Sólo a la vuelta pasará por el médico para saber si tiene que volver al quirófano.

Gervasio Deferr, tras su ejercicio de suelo.
Gervasio Deferr, tras su ejercicio de suelo.ASSOCIATED PRESS

La caída de los veteranos

El búlgaro Jordan Jovtchev y la rusa Svetlana Jorkina, dos de los gimnastas más veteranos, fueron los grandes perdedores de ayer en los Campeonatos del Mundo por aparatos. La rusa de 23 años se cayó dos veces de las paralelas y tuvo que renunciar a un título que había ganado desde 1996 con la humillación de irse hasta la penúltima posición (7ª). El fracaso del búlgaro (29 años) fue más dulce: no logró revalidar ni su título compartido en el suelo el año pasado ni alzarse con la medalla de oro de las anillas, su otra gran especialidad, que le arrebató el local Sylvester Csollany (32 años). Pero se llevó dos medallas, el bronce en el ejercicio de suelo y la plata en las anillas.

Jorkina tendrá hoy otra oportunidad en la barra de equilibrios, pero no así Jovtchev.

El resto de las medallas de oro se las repartieron las rusas Elena Zamolodchikova y Natalia Ziganshina, que compartieron la de oro en salto; la recién llegada Courtney Kupetts (EE UU), la gran sorpresa de la jornada, en paralelas; y, el rumano Marius Urzica, en el potro con arcos.

Hoy, en la última jornada, se reparten otros cinco títulos: salto, paralelas y barra fija para los hombres y barra de equilibrios y ejercicios en el suelo para las chicas.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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