La C-17 seguirá cortada en el Ripollès por el derrumbe al menos hasta mañana

El desprendimiento afectó un tramo de carretera de unos 100 metros y obligó a cortar la carretera cerca de Montesquiu. Ayer, en poblaciones turísticas como Ribes de Freser o Camprodon había una tranquilidad inusual, de la que se quejaron algunos hoteleros de la zona porque consideran que no se debía hacer las voladuras a las puertas del fin de semana.

El consejero de Obras Públicas, Felip Puig, se limitó ayer a afirmar que se espera que la normalidad a la C-17 llegue cuanto antes y no entró en la valoración de las causas que han ocasionado el desprendimiento. 'Se han utilizado todos los mecanismos previstos en el plan de trabajo para efectuar la explosión y el desprendimiento se debió a un incidente imprevisto', dijo.

Por su parte, el diputado socialista Manuel Nadal dijo que el accidente de la C-17 demuestra que 'las infraestructuras de este país no responden a las necesidades'. Nadal pedirá la comparecencia en el Parlament del director general de Carreteras para que explique 'qué medidas se han tomado tras el desprendimiento'.

Ayer se efectuaron varias voladuras en la zona, pero todavía no se consiguió hacer caer todos los bloques de piedra inestables que han quedado en la pared de la carretera. Esta mañana se realizan nuevas voladuras, pero es poco probable que antes de mañana pueda abrirse la carretera al tráfico. Las obras, a pesar de cortar una de las arterias principales de acceso a la zona del Pirineo catalán, no tuvieron una especial influencia en la red viaria, ya que el tráfico se desvió por carreteras alternativas. El sector turístico ha sido el que más ha sufrido el corte de carreteras y de donde procede la mayoría de quejas sobre la actuación.