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Crónica:Gran Premio de la Comunidad Valenciana | MOTOCICLISMO
Crónica
Texto informativo con interpretación

Pedrosa, de traca

El español gana la carrera de 125cc, Pablo Nieto es tercero y el francés Vincent conquista el título

¿Qué hubiera ocurrido de no mediar aquella caída en Estoril? ¿Qué importancia ha adquirido aquella decisión que le relegó un puesto en Malaisia (pasó de ser segundo a ser tercero) por culpa del estúpido y precipitado banderazo del director de carrera? Quién sabe. Ésa y otras varias son preguntas sin respuesta que, sin embargo, visto lo visto ayer, dejan en el aire un puñado de dudas. Porque Dani Pedrosa, barcelonés de 17 años, logró en el circuito Ricardo Tormo de Cheste, la tercera victoria de la temporada y la tercera de su vida. Una victoria grande, de enorme peso, de piloto de carácter, que no mira para atrás, que no se arredra cuando circula con los mejores, porque él está en el grupo de los privilegiados. Pedrosa se ha pasado toda la temporada abrazado al éxito y ayer, en la última carrera del Mundial, se despidió del ejercicio a lo campeón.

Aunque el campeón no sea él, sino el francés Arnaud Vincent, el mejor piloto, sin duda, de la categoría menor, poco amigo de las estridencias, a diferencia de Manuel Poggiali, de San Marino, su rival hasta el último día, al que ayer dio un repaso en toda regla.

Salía Pedrosa desde la posición más adelantada de la parrilla y enseguida demostró que, aunque Vincent y Poggiali se jugaran el título, la carrera era suya. El francés, sabedor quizá que de que la rueda buena era la del catalán, se pegó a él y pegado se pasó toda la prueba. Se conoce Pedrosa este circuito como el pasillo de su casa y ayer lo demostró sobradamente. Los cerca de 110.000 espectadores que hasta el circuito se acercaron vibraron con la demostración del español, que no permitió la más mínima escaramuza. La cabeza de la carrera era suya en exclusiva, sin que Vincent, pese a algún tímido intento, hiciera nada por dinamitar la fiesta. Vio el francés el camino libre ya en la cuarta vuelta, en la que Poggiali entró de mala manera en una curva, salió de ella aún peor, como se dice en el argot, golpeándose con las paredes, y ahí se dejó sus mínimas aspiraciones de cara al título, estando como estaba a ocho puntos del líder, de Vincent.

Conocido el nombre del ganador, y del segundo, desde el primer acelerón la emoción se limitó a ponerle cara al tercer ocupante del podio. Ahí hubo más dudas. Ahí sí se vio una lucha de enjundia entre el sanmarinés De Angelis, el alemán Jenkner y Pablo Nieto, quien a la postre, gracias a un tramo final de carrera colosal, alcanzó esa plaza de honor, con la recién estrenada pegatina con la cara de Ángel, su padre, luciendo en la parte trasera de su casco. Fue aquel el colofón de una carrera que le dio el título a Vincent y que elevó a los altares al grupo de pilotos españoles que en esta categoría compiten, con dos de ellos en el podio, con el joven Héctor Barberá (16 años), que en el entrenamiento anterior se había dado un costalazo de cuidado, sexto, y con Joan Olivé, noveno. El abanderado de todos ellos fue, de nuevo, por tercera vez este año, y las que le quedan, Dani Pedrosa, un piloto formidable, futuro campeón del mundo de lo que le plazca, al menos eso dicen Rossi y unos cuantos más que de esto saben, y que ayer, en Cheste, en su circuito favorito, ante su gente, armó una de traca.

Pedrosa recibe un baño de champaña, ayer en el podio de Valencia.
Pedrosa recibe un baño de champaña, ayer en el podio de Valencia.JOSÉ JORDÁN

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