El Sevilla extrema las medidas de seguridad en el Pizjuán
Tras el bochorno sufrido en su anterior partido en casa, el derby contra el Betis, los dirigentes sevillistas desplegaron el domingo ante el Valladolid unas inusitadas medidas de seguridad, que el propio presidente, Del Nido, calificó tras el partido como 'extraordinarias' y que vuelven a sembrar la duda sobre si el despliegue ante un partido declarado de alto riesgo, como el del Betis, no fue insuficiente.
Durante la semana, la entidad colocó unas vallas de separación entre la grada baja de Gol Norte y su banco de pista, las seis filas de asientos justo detrás de la portería, zona en la que hace 15 días estaban los energúmenos que saltaron a por el vigilante. El acceso a esas localidades sólo se podía realizar por tres pequeñas puertas en la verja, que durante todo el encuentro y los minutos previos al mismo estuvieron controladas cada una por dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía, un guardia de Prosegur y un empleado del club.
Además, se amplió en cuatro metros de ancho la malla situada detrás de esa misma portería. Por uno de los laterales de esa red, cuyo cometido original es evitar que los balones caigan en la grada y que la gente se los lleve, es por donde saltó al campo el individuo que se abalanzó sobre Prats.
En el exterior, otros dos policías custodiaban y cacheaban a los aficionados, en cada una de las puertas del estadio en ese Gol Norte. Y en el césped, desde al menos media hora antes del partido, seis vigilantes y otros tantos agentes de policía, vueltos hacia la grada, vigilaban por que no pasara nada.
Pese a que Del Nido reconoció el domingo lo 'extraordinario' del despliegue de seguridad, fuentes del Cuerpo Nacional de Policía negaron ayer que la dotación de agentes fuera mayor que en el derby, sino era incluso menor. 'Lo que pasó es que como no había hinchas violentos que controlar en el exterior como en el partido del Betis, pues los policías pudieron trabajar dentro del campo mucho antes del comienzo', señalaron.
Los Biris, la peña radical del Sevilla, quiso el domingo desmarcarse de todo lo ocurrido hace dos semanas con una gran pancarta en la que se leía: 'La violencia no tiene sentido'. El partido transcurrió con absoluta tranquilidad. La que se echó de menos en el derby.
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