El mundo académico e intelectual, la izquierda y el valencianismo se unen en el adiós a Alfons Cucó
Como 'historiador que dejará una huella imborrable en la historiografía contemporánea', por un lado, y 'ciudadano que supo y quiso implicarse en las necesidades de reconstrucción social, cultural y lingüística del País Valenciano', describió a Alfons Cucó el rector de la Universidad de Valencia, Francisco Tomás, en la breve alocución pronunciada en la ceremonia de despedida celebrada ayer en el edificio histórico de la calle de la Nave.
Desde las 10 de la mañana había estado abierta en el Paraninfo la capilla ardiente dedicada al historiador, fundador del PSPV y ex senador fallecido el viernes. El birrete azul, los guantes blancos y la medalla de la Universidad flanqueaban el féretro. El término más recurrido en el libro de firmas dispuesto a la entrada del paraninfo era el de 'maestro'. Entre numerosas firmas personales, la de la Associació d'Editors del País Valencià.
Tras la evocación de 'la sensibilidad' de Cucó 'por los problemas de los más débiles, las injusticias sociales y los derechos humanos, que le llevó a Kosovo, la ex URSS y a todos los países de nuestro continente maltratados por la historia', el féretro dio tres vueltas al claustro, sucesivamente a hombros del equipo rectoral, de compañeros y miembros de la junta de facultad y de compañeros del departamento de Historia Contemporánea. Al lado, y mientras sonaba en directo El cant dels ocells, la viuda y los hijos de Cucó y, muy cerca, los amigos y compañeros de fatigas Vicent Soler, Joan Francesc Mira y Emérit Bono.
Antoni Furió, director de publicaciones de la Universidad, desveló que en 10 días aparecerá un libro póstumo, titulado La organización territorial del Estado. España en Europa: un análisis comparado, escrito por Cucó con el catedrático de Geografía y amigo Joan Romero. En breve, la revista L'Espill publicará un artículo suyo titulado Les fragilitats identitàries del País Valencià. Ambos reflejan cabalmente sus preocupaciones de los últimos años.
La ceremonia tuvo la virtud de congregar a 'los amigos y los adversarios políticos de siempre', como recordaba un destacado militante del PSPV. El presidente y el secretario general, Joan Lerma y Joan Ignasi Pla, acompañados del portavoz parlamentario Joaquim Puig y numerosos miembros de la Ejecutiva socialista, encabezaban una amplísima representación del partido. También asistieron a la ceremonia los máximos dirigentes de Esquerra Unida, Joan Ribó; del Bloc, Pere Mayor; de los sindicatos CCOO y UGT, Joan Sifre y Rafael Recuenco, así como representantes de otras fuerzas sindicales. Antes de la ceremonia hicieron también acto de presencia algunos senadores del PP, como Pedro Agramunt, Esteban González y Vicente Ferrer. No faltó quien recordó que la capilla ardiente del Titi fue visitada en pleno agosto por el presidente la Generalitat, el ministro Zaplana y el candidato Francisco Camps. Ayer, nadie representó a la Generalitat en el acto.
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