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La imprecisión del 'pulpo' Arenas

Cuando la noche del 13 de junio de 1999 se daba a conocer la configuración de la Corporación municipal tras el recuento de votos en la capital almeriense (13 concejales PP, 12 PSOE y 2 IU) ningún político -dentro o fuera del PP- daba un duro por la permanencia de Juan Megino como líder de la oposición en el Ayuntamiento.

Nadie pensó que el alcalde hasta esa misma noche aguantara cuatro años a la sombra de un gobierno en coalición habiendo ganado las elecciones. Sin duda, los apenas 200 votos que le faltaron para validar su mayoría absoluta, fueron un revés que el mismo Megino quiso superar con su gran obsesión: el trabajo y la perseverancia para volver a recuperar la alcaldía cuatro años más tarde. Su oposición rigurosa y 'dura' -reconocido por el actual alcalde Santiago Martínez Cabrejas (PSOE)- hicieron que su presencia en medios de comunicación fuera una constante y que la mano del PP no dejara de relacionarse con el Ayuntamiento. La única espina del portavoz popular municipal era saber si sería el candidato a la alcaldía por su partido el año próximo. Pero no le respondieron.

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Megino ha estado 'engañado' por su propio partido, que no quiso anunciarle los planes para la capital almeriense, durante los tres años que ha estado en la oposición. Lo estuvo incluso la misma semana en que el comité electoral provincial del PP elegía al presidente de la Diputación y presidente del partido en Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, candidato a la alcaldía.

Sólo 24 horas antes de que esto sucediera Megino presentaba su candidatura en la sede de los populares y seguía, aunque con notable enfado, los preceptivos pasos para postularse candidato mientras Rodríguez-Comendador se dedicó a 'presionar' al comité electoral provincial y a 'saltarse a la torera' los órganos del partido y a los afiliados almerienses.

Ante tanto mirar hacia otro lado y tanto 'ahora no toca', el ex alcalde quiso encomendarse al secretario general, Javier Arenas, para salir de dudas. Sus esfuerzos fueron infructuosos: el secretario general usó sus tentáculos, supo tranquilizar sin pillarse los dedos y la cúpula provincial y nacional del PP supo exprimir el trabajo de Megino hasta el último minuto.

La manera indirecta en que Arenas controló las decisiones del comité electoral provincial del PP almeriense las ponía de manifiesto el propio Megino días atrás. 'Sólo los largos tentáculos de Javier Arenas, que no son otros que los dos diputados nacionales Rafael Hernando y Juan José Matarí, han conseguido su objetivo de desbancarme a mí de la alcaldía a favor de Luis Rogelio Rodríguez-Comendador', dijo anteayer el ex alcalde.

Pero la imprecisión de los tentáculos políticos al no informar con tiempo razonable al único cabeza de lista que hizo ganar las elecciones al PP en dos ocasiones podría pasar factura a esta formación.

La experiencia de Megino, su conocimiento milimétrico de la capital y sus problemas y el despecho con el que ha abandonado al que fue su partido durante 12 años son suficientes motivos para pugnar, una vez más, por la alcaldía desde una formación independiente.

Sus mayores esfuerzos se concentrarán en captar la atención de los 57.854 ciudadanos que aquel 13 de junio de 1999 no quisieron votar a ningún partido. Ese 43% de abstención será su tabla de salvación y también su redención, aunque sólo consiga un acta de concejal.

Apoyos

Después de vivir momentos 'francamente bajos' y de decir adiós a las instituciones por las que tanto trabajó: Ayuntamiento, Comité Organizador de los Juegos Mediterráneos y propio Partido Popular, lo fácil empieza ahora para Megino. 'He recibido muchos apoyos de mucha gente que me da ánimos para seguir y me produce una sensación de agradecimiento porque viene a decir que a veces, en la política, se pueden tener amigos', reconocía meses atrás el ex militante popular. En Almería, la campaña electoral ya ha comenzado.

La renuncia a su acta municipal y el apoyo de sus concejales incondicionales (Esteban Rodríguez, Pedro Pablo Ruiz y Manuel Gómez Montoya) fue todo uno el día en que se consumó el secreto a voces: Luis Rogelio era el candidato.

Las primeras decepciones las experimentaría al comprobar cómo otros miembros de su equipo, a los que llamó 'estómagos agradecidos', no se inmutaron demasiado con su renuncia. 'Hemos recibido no una, sino muchas presiones para no hacer esto. Presiones que a muchas personas como a mí nos pueden afectar. Y por motivos de esas presiones más de uno no está aquí', explicaba el ex concejal Gómez Montoya el día que renunció a su acta.

Megino hizo bandera de su independencia profesional -es médico en la sanidad pública- para demostrar que su vocación 'sincera' por y para Almería que, en contra de los sucedido en Sevilla, Granada y Córdoba, le llevó a 'aguantar' los amargos años de la oposición en contra pronóstico.

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