'Sería 'naïf' pensar que los árabes no usarán el crudo como arma'
Jeremy Rifkin acaba de publicar La economía del hidrógeno, su teoría alternativa para que el mundo no dependa ya del petróleo, sino de energías renovables. De entre todas, la más viable es el hidrógeno. El pasado jueves, Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, anunció que la UE invertirá 2.120 millones de euros entre 2003 y 2006 en la investigación y el desarrollo de energías renovables, principalmente en tecnologías relacionadas con el uso del hidrógeno. El presupuesto es alto si se le compara con los 197 millones de euros que se destinaron a este campo entre 1999 y 2002. La Comisión cree que si el hidrógeno funciona, Europa será menos dependiente del petróleo y el gas importado, sobre todo de zonas conflictivas como Oriente Próximo. Al mismo tiempo, se reducirán y eliminarán las emisiones de gases contaminantes. Rifkin, autor de libros como El fin del trabajo y presidente de la Fundación de las Tendencias Económicas, es asesor de la Comisión en el desarrollo de energías renovables.
'Hay una docena de prestigiosos geólogos que creen que ya no habrá crudo para 2020'
Pregunta. Empecemos por el petróleo, el recurso energético del que dependemos ahora, y luego hablaremos de la mejor alternativa. ¿Cuánto petróleo nos queda y cuán peligroso es depender tanto de este recurso?
Respuesta. La mayoría de los expertos cree que nos queda petróleo barato y disponible para unos cuarenta años aproximadamente. Ahora, sin embargo, al menos una docena de los geólogos petrolíferos más importantes del mundo insinúan que la producción mundial de petróleo podría alcanzar su techo y comenzar un drástico descenso mucho antes, ya a finales de esta década, poniendo por las nubes el precio del crudo. Cuando eso suceda, Oriente Medio, que tiene dos tercios de las reservas del mundo, quedará como el único proveedor de crudo del mundo. Esto lo sabe Washington, pero también lo saben la gente y los Gobiernos de la zona. Ya el rey Fahd de Arabia Saudí se había percatado tras la primera crisis del petróleo de los setenta, que el principal recurso en que podían confiar, después de Alá, era el petróleo. El crudo da más fuerza a la región que un gran ejército. Si hay una guerra contra Irak y ello desata la ira del mundo musulmán, creo que sería muy naïf pensar que no van a utilizar el crudo como arma de guerra, que no habrá otro embargo petrolero como el de 1973. Y si lo hay, para el mundo desarrollado será aterrador, pero para los países en vías de desarrollo será devastador.
P. ¿La invasión contra Irak es por el petróleo?
R. El presidente George Bush dice que un ataque se justifica para proteger nuestra seguridad nacional, y yo no tengo por qué no creer en sus palabras. Dicho esto, no hay ningún político en Washington que no dé vueltas a la idea de que si EE UU libera a Irak de la opresión de Sadam Husein también liberará los yacimientos petrolíferos. No obstante, no sólo es un interés estadounidense. Yo me pregunto por qué Francia o Rusia se oponen a un ataque en el Consejo de Seguridad de la ONU... ¿Será porque TotalFinaElf no tiene garantías de que se respetarán los acuerdos que ha estado negociando con Bagdad en los últimos años, o porque Lukoil [la mayor petrolera rusa] tiene el mismo problema? En EE UU se habla del impacto que tendría una invasión a Irak en el mercado del crudo, pero no se sugiere, ni por desliz, que la guerra es por el petróleo.
P. ¿Qué impacto tendría un segundo embargo petrolero en la economía mundial?
R. Si hay otro embargo o se pone muy feo en Oriente Próximo, la crisis de los países en vías de desarrollo empeorará. ¿Se imagina un país como India o China sin acceso al petróleo? Mejor no imaginarlo. Si el Tercer Mundo se empobrece más, el problema de la inmigración será imparable. Ni todas las patrullas conjuntas de la UE podrán detener esa oleada de gente desesperada.
P. ¿ Es el hidrógeno la alternativa a este escenario catastrófico?
R. Puede serlo y sería un error no averiguarlo. Es un hecho ya que nos movemos hacia el hidrógeno. La pregunta es cuándo y cómo será el mercado de este recurso. El hidrógeno es el elemento más básico y ubicuo del universo. Cuando se aproveche adecuadamente, será el combustible eterno. Nunca se acaba y no produce emisiones nocivas de CO2 al quemarse. En la actualidad, casi la mitad del hidrógeno que se produce en el mundo se obtiene del gas natural a través de un proceso de conversión con vapor. Aunque la utilización del vapor para convertir el gas natural ha demostrado ser la forma más barata de producir hidrógeno comercial, el gas natural es un hidrocarburo y emite CO2 en el proceso de conversión. Además, es probable que la producción mundial de gas natural alcance su techo en algún momento entre 2020 y 2030, y creará una segunda crisis de energía que le pisará los talones a la del petróleo. Sin embargo, hay otra forma de producir hidrógeno sin utilizar combustibles fósiles. Se podrían aprovechar fuentes renovables de energía (eólicas, fotovoltaicas, hídricas, geotérmicas, de biomasa) para producir electricidad.
P. ¿Es un proceso muy costoso?
R. Sí, al principio, pero a medida que la red de productores de hidrógeno se expanda sus costes bajarán. La economía del hidrógeno posibilita una enorme redistribución del poder, con consecuencias trascendentales para la sociedad. El actual flujo de energía centralizado desde arriba, controlado por las petroleras y las eléctricas, quedará obsoleto. En la nueva era, todo ser humano podrá convertirse en productor además de consumidor de su propia energía. Cuando miles de millones de usuarios finales conecten sus pilas de combustible a redes de energía de hidrógeno locales, regionales y nacionales, utilizando los mismos principios de diseño y tecnologías inteligentes que han hecho posible Internet, podrán comenzar a compartir energía, creando una nueva forma descentralizada de su uso.
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