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Reportaje:

Dos más dos son tres

Las fusiones empresariales en la Bolsa española no han dado a los accionistas los rendimientos esperados

Las operaciones de concentración empresarial son siempre justificadas por sus gestores en el beneficio que acarreará a los accionistas. En las fusiones más importantes realizadas en el último trienio en la Bolsa española esta máxima no se ha cumplido y los mercados han ignorado las prometidas bondades de la alianza. Sólo 4 sociedades de las 13 fusionadas han conseguido ganancias, sorteando la racha bajista de la Bolsa. SCH, Terra, Repsol o Sol Meliá ofrecen como balance más pérdidas que las registradas por el índice Ibex.

En Europa, los beneficios de las fusiones empresariales empiezan a notarse a los 10 años, mientras que en EE UU se aprecian a los dos años

Lógicamente, la Bolsa y las propias compañías ofrecen numerosos matices que escapan de la mera estrategia de la fusión. Sin embargo, estas operaciones no han dado, a efectos bursátiles, el resultado esperado. La aritmética empresarial que prometía que dos más dos iban a ser cinco, ha tropezado con el resultado final de tres.

León Benelbas, presidente de Altas Capital, firma especializada en fusiones y adquisiciones, pide un poco de paciencia: 'En Europa, para que las fusiones den frutos han de pasar por lo menos 10 años, mientras que en Estados Unidos las ventajas de estas operaciones se producen a los dos años. El mercado europeo es muy poco flexible y no sólo en los referente a la mano de obra, sino también en los cuadros medios y los ejecutivos de las compañías donde se producen duplicidades durante muchos años. En Europa es difícil cerrar una planta o, simplemente, trasladar una sede de una ciudad a otra. Y ni qué decir cuando se trata de compañías de diferentes países donde se produce una gran interferencia de los Gobiernos en todo el proceso', explica.

La búsqueda de tamaño ha sido una de las constantes del mundo empresarial en los últimos ejercicios. La necesidad de competir en la Europa del euro, el desarrollo de sinergias entre idénticos o diferentes negocios ha marcado la vida de las bolsas y todavía se siguen produciendo. Pero hay que ver cómo esas grandes palabras, esas indiscutibles estrategias se han materializado en el bolsillo de los accionistas que apostaron o, simplemente, se dejaron llevar por la fusión.

Tal vez, los últimos años de elevadas valoraciones en Bolsa no fueran los mejores para comprar y, además, la crisis de los mercados hacen todo menos ayudar. Por eso, es interesante comparar el comportamiento de estas sociedades fusionadas en relación al que ha tenido el mercado desde esas mismas fechas de alianzas empresariales.

Y eso que de la lista de fusiones en el mercado español, la totalidad se ha producido entre compañías de idéntico sector. Estas fusiones entre sociedades de igual actividad son, a juicio de León Benelbas, las que ofrecen mayores garantías de éxito y que, por tanto, más fácilmente se pueden reflejar en la cotización bursátil de estas compañías. 'A los mercados les gustan más las fusiones entre compañías del mismo sector. Por ejemplo, esto se ha visto muy claro en las fusiones de las farmacéuticas que traían un importante ahorro de costes. Las operaciones más exóticas como la conocida entre AOL y Time Warner donde no se ve muy claro el fin que se persigue ni las sinergias que se producen son, hoy por hoy, penalizadas', concluye.

Pues bien, pese a que las empresas españolas han optado por comprar o fusionarse con sociedades afines, el resultado para el inversor no ha sido muy positivo.

Sin embargo, hay excepciones reseñables. La firma Sos Arana tras su proceso de fusión en octubre del pasado año con la galletera Cuétara acumula ha sufrido una espectacular subida desde los 9 euros hasta los 15 en los que se mueve actualmente. Una alza del 67% que contrasta con una caída del 25% en el índice durante igual periodo. También la evolución ha sido muy positiva para Tabacalera que desde su fusión con Seita en diciembre de 1999 ha subido más del 35%, cuando el mercado ha caído casi el 48% en idénticas fechas. Uralita, en pleno proceso de OPA por parte de Nefinsa, consigue una subida del 14% desde que se fusionó con su filial Aragonesas.

Las inmobiliarias Vallehermoso y Bami también logran dar a sus accionistas una mínima ganancia tras sus fusiones con Testa y Zabálburu, respectivamente. Para el resto de valores, las pérdidas han arreciado, aunque con desigual intensidad.

Castigo a bancos

Las fusiones más sonadas del mercado español en los últimos años han dado lugar al Santander Central Hispano y al Bilbao Vizcaya Argentaria. La entidad presidida finalmente (en solitario) por Emilio Botín, ha perdido en bolsa el 45% de su valor en tres años en los que el mercado, medido por el índice Ibex 35, ha caído el 39%. En el caso del BBVA las cosas han ido ligeramente mejor. La endiad finalmente presidida (en solitario) por Francisco González ha perdido el 30% de su valor, aunque la bolsa lo hacía peor en ese periodo al descender el 45%. El comportamiento de otros bancos que han continuado por libre ha sido mucho más positivo en la Bolsa. No obstante, aquí surgen numerosos matices negativos (crisis en Latinoamérica, desaceleración económica) en los que la fusión puede ser o no uno más.

Otra de las operaciones que supuso una de las mayores compras de empresas españolas en el exterior la protagonizó en septiembre de 2000 la petrolera Repsol. La adqusición de la argentina YPF ha traído a los accionistas, por el momento, una depreciación de sus títulos del 48%, aunque siempre cabe el consuelo de que el Ibex 35 ha caído en igual periodo el 46%.

Sin embargo, todavía se han producido fusiones más desatrosas para los accionistas. La compra de Lycos por parte de Terra se produjo en un entorno de euforia con los valores tecnológicos que, sin duda, ha pasado su factura a la compañía. Terra ha caído el 87%, más del doble de la pérdida registrada por el índice selectivo Ibex. También la firma Sol Meliáa después de comprar la cadena Tryp ha registrado una pésima evolución con una pérdida del 56%. Datos, en definitiva que pueden ayudar al accionista a huir cuando una empresa anuncie fusiones.

Desde su fusión con la argentina YPF, Repsol ha perdido en Bolsa el 48% de su valor.
Desde su fusión con la argentina YPF, Repsol ha perdido en Bolsa el 48% de su valor.MORGANA VARGAS LLOSA

El coste de comprar

En las grandes operaciones de fusiones realizadas en el primer semestre del año en el mundo, también predomina el comportamiento negativo de los valores que se salieron de compras. En Estados Unidos, por ejemplo, la gran fusión entre Hewlett Packard y Compaq Computer se salda con una depreciación del 36,71% en el año para la compañía, ligeramente superior a la marcha del índice Nasdaq Composite.En Europa, Siemens y Bayer registran caídas superiores a los del mercado en el ejercicio. Con los datos facilitados por la consultora KPMG correspondientes a las 20 fusiones más importantes del semestre, únicamente valores como Washington Mutual o Imperial Tobacco han conseguido escapar de las pérdidas en este ejercicio. Y es que el endeudamiento es visto hoy por los mercados como un gran mal, aunque a medio plazo esta compra sea rentable para la compañía.

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