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Columna
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El móvil

Vamos a ver, chica. A la Teo (Teófila Martínez), en La Moncloa, ni se le ponen. Y si es en Génova (sede del PP nacional), está siempre en lista de espera. Y así no podemos estar. Porque, vamos a ver, si a Zaplana en la Comunidad Valenciana le hubieran hecho lo que a nosotros, con eso del PER, se hubiera armado el dos de mayo. Pero, aquí, nada de nada. Arenas va a su aire. Andalucía es para Javier como un golondrino. Dos veces se le reventó y no está para más guerras. Él tiene en Madrid sus batallitas, que te lo digo yo, que es allí donde lo cuecen todo. Luego, se viene un fin de semana por cumplir, hace la visita del médico, se pierde por Marbella y ya está. Y si tiene que hablar del PER, pues lo hace, que para eso tiene tablas, aunque yo creo que le está ganando Mariano Rajoy, gallego donde los haya que se tira media hora hablando con el Iñaki para no decir nada. Y luego, Josemari quiere que ganemos. Como no vayamos a Lourdes en busca del milagrito o nos encomendemos a san Josemaría, pues ya verás. Y encima tenemos que aguantar el espectáculo de Sanz en el Parlamento. Mira, chica, si estuviéramos en invierno, me hubiera metido bajo la mesa camilla. Tremendo porque si a la Teo no le hacen caso, figúrate tú a Sanz.

Ya lo sabes, reina, nos vamos a chorrear por los caminos de Andalucía, 'pa ná'.

¡Ah!, otra cosa, dile a Joaquinito (se supone Joaquín Ramírez, el presidente del PP de Málaga), que no eche tan pronto al ruedo al Villegas porque nos las van a dar por todas partes. Ya sabes, cuando lo de Celia, que nos iba a poner el Guadalmedina de rechupete. Villegas, callandito, porque le pueden sacar los colores. No, de Pedro, ni pío. No lo vayas a plantear. Ya sabes que Torremolinos es punto y aparte. Allí no manda nadie, salvo él. Los tiene a todos firmes. Ya sabes lo que dice la oposición, que mira que es ganas de fastidiar, cuando se trata de calderilla. En fín, hija, te doy el último soplo: Paquito (se supone que Francisco de la Torre, alcalde de Málaga), va a prescindir de los dos ramos, de flores, no, hija, no, del concejal de Empleo, al que llaman el conseguidor, y al otro Ramos, el de los nabos. Santo Dios, es que no te enteras y así te va.

(Conversación de móvil a móvil, en cafetería Lepanto. Calle Larios. Málaga).

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