Polémico homenaje a la bandera
La izquierda y los partidos nacionalistas critican la exaltación de los símbolos nacionales en plena crisis con el País Vasco
Por primera vez desde que el Partido Comunista de España (PCE) la asumió al inicio de la transición, renunciando a la tricolor republicana, la bandera rojigualda se convirtió ayer en piedra de división entre las fuerzas políticas. Paradójicamente, fue un homenaje a la enseña nacional organizado por el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento de Madrid el desencadenante de la polémica. El ministro Federico Trillo-Figueroa, acompañado por el alcalde de la capital, José María Álvarez del Manzano, y por tres de los cuatro miembros de la cúpula militar -el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Antonio Moreno Barberá, y los jefes de Estado Mayor del Ejército de Tierra, Alfonso Pardo de Santayana, y la Armada, Francisco Torrente Sánchez- asistieron en la céntrica plaza de Colón al izado de una bandera de 294 metros cuadrados, la más grande de España, que ondea desde hace un año en un mástil de 50 metros de altura y 19 toneladas de peso.
El alcalde de Madrid cree oportuno subrayar en estos momentos 'la integridad de España'
La enseña de la plaza de Colón, de 294 metros cuadrados, recibirá honores una vez al mes
El ministro anunció que esta ceremonia se repetirá el último miércoles de cada mes, turnándose unidades de los tres ejércitos a la hora de rendirle honores. La idea, agregó, partió del presidente del Gobierno, José María Aznar, como forma de 'honrar la bandera de todos los españoles en la capital del reino por medio de un mástil que pudiera enarbolarla a la máxima altura posible'.
En realidad, explicaron fuentes de Defensa, fue el alcalde de Madrid quien, el pasado 28 de enero, propuso a Trillo-Figueroa por carta aprovechar que una vez al mes hay que arriar la bandera para su limpieza y conservación para celebrar un homenaje como el que tuvo lugar el 12 de octubre de 2001, cuando se izó por vez primera en los jardines del Descubrimiento. Se trataría, por tanto, de una idea anterior y ajena a la situación actual del País Vasco y a la prpuesta soberanista del lehendakari, Juan José Ibarretxe.
Sin embargo, fue el propio Álvarez del Manzano quien vinculó ambos hechos cuando dijo ayer que estos homenajes 'vienen bien en este momento' para subrayar 'lo que significa la integridad de España representada en esta bandera, que no admite que nadie quiera acapararla como propia o que pueda entender que no es la suya'.
También Trillo-Figueroa hizo unas declaraciones equívocas, al manifestar que el homenaje a la enseña nacional 'se produce en unas circunstancias en las que la garantía de que los ejércitos de España son los custodios de su bandera y su unidad puede ser quizá leída de muchas maneras'.
Las reacciones no tardaron. El portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Jesús Caldera, pidió al ministro de Defensa que 'reflexione' sobre la conveniencia de celebrar este tipo de homenajes. Tras expresar el 'respeto' del PSOE a 'los símbolos que la Constitución reconoce como representativos del Estado', advirtió de que 'hay que ser muy cuidadoso' con su uso para 'evitar un deslizamiento hacia comportamientos que puedan herir las sensibilidades' de comunidades autónomas con símbolos que 'merecen el mismo respeto'. Aunque Caldera no llegó a decirlo, los socialistas consideran 'inoportuna' una iniciativa que puede alimentar el discurso victimista del nacionalismo vasco.
El diputado del PNV Joxe Joan Gonzalez de Txabarri afirmó que este tipo de gestos 'retrotraen a situaciones militaristas y símbolos y fórmulas del pasado, de tradición y estilo cuartelario'. El diputado de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Joan Puigcercós. calificó el acto de 'provocación innecesaria'
De su lado, el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, calificó la iniciativa de 'irresponsabilidad política' y la atribuyó a 'esta especie de péndulo patriótico en el que se confrontan, como dos trenes, la patria española y la vasca'. Tras rechazar la 'ostentación simbólica de las patrias para lanzarlas unas contra otras', llamó a dialogar sobre 'las ideas que cada uno tiene para mejorar la convivencia en España'.
El ministro del Interior, Ángel Acebes, salió al paso de estos reproches calificando de 'muy positivo' el homenaje a la bandera. 'No me parece un patriotismo rancio, sino un patriotismo con mayúsculas, porque es la bandera que integra y la que, según la Constitución, nos representa a todos nosotros', agregó.
El portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Luis de Grandes, dijo también que 'a nadie puede ofender ni herir' la ceremonia de ayer. 'No alcanzo a entender que izar la bandera española y prestarle un sencillo homenaje pueda causar escándalo. No es un acto de provocación, no hay nada más natural', dijo.
Los homenajes a la bandera no son habituales fuera de instalaciones militares o fechas señaladas; con alguna excepción, como el que se celebra cada jueves en la Plaza de África de Ceuta.
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