El guante revolucionario

Protegerse las manos antes de las partidas es un ritual para los pelotaris, una costumbre ineludible y necesaria, también muy personal. Para amortiguar el impacto de la pelota en la mano se ha utilizado casi todo tipo de materiales: mimbre, cuero, esparadrapo, plaquitas metálicas, tesamoll y mocoverde, esto último muy extendido últimamente entre los jugadores: se trata de una sustancia gelatinosa que se endurece al poco tiempo de untársela. Pues bien, todo este ritual, en el que algunos pelotaris emplean hasta una hora, tiene los días contados si el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) diseña un guante que vendría a ser algo así como la panacea para los jugadores, el remedio que acabaría con toda una costumbre inherente a la pelota.

El IBV ya se ha puesto manos a la obra para desarrollar un guante revolucionario, cuya acogida en un mundillo tan reticente a los cambios como la pelota es una incógnita. En el IBV ya han medido la velocidad que puede alcanzar una pelota, hasta 120 kilómetros por hora; han estudiado las partes de la mano sometidas a mayor presión mediante un guante salpicado de sensores que transmite los datos a un ordenador por telemetría.

Pero las investigaciones del IBV van más allá, no se quedarán en el diseño de un guante que aparque definitivamente una costumbre antiquísima.Tras el acuerdo alcanzado con la Dirección General de Deportes, dependiente de la Consejería de Cultura, el IBV intervendrá en la construcción de la futura Ciutat de la Pilota, cuya obra estará finalizada a principios de 2004. ¿De qué forma? Por ejemplo, estudiando qué tipo de superficie es la idónea para jugar a pelota, sobre qué tipo de pavimento se desliza mejor un pelotari, qué suelo produce menos lesiones. Nada nuevo para el IBV, que ya firmó un acuerdo con la FIFA para desarrollar un tipo de hierba artificial apta para la alta competición. 'Quizá la piedra natural sea la mejor opción en un trinquete', afirma José Ramiro, responsable del área de biomecánica deportiva del instituto: 'Ahora que en todos los centros escolares se va a construir un pequeño trinquete para promocionar la práctica de la pelota, es el momento de unificar criterios para que cada instalación no se construya de una manera'.

En el IBV también analizarán cuáles son los aspectos del juego más interesantes para el espectador, así podrán resaltarse más en las retransmisiones televisivas. 'Es importante que la pelota pueda verse en televisión; que una partida resulte atractiva para el aficionado que está en su casa, si no es un deporte condenado a morir', afirma Ramiro, quien también considera fundamental la fabricación de una pelota hecha con materiales sintéticos, menos dañina y más barata. 'Las pelotas de baqueta y badana que se utilian en la pilota valenciana se hacen de forma artesanal, por eso son muy caras, entre 60 y 90 euros. Para promocionarla entre los jóvenes debería ser más barata y ligera. Un niño puede deformarse las manos jugando a pelota, porque el impacto es muy agresivo y frecuente. Están fabricadas con un material muy rígido, forrado de cuero. Debería fabricarse una pelota más industrial y asequible', considera Ramiro.