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Reportaje:

Coches que son reliquias

El Museo Roda Roda de Lleida exhibe automóviles y motocicletas de gran valor histórico

El primer museo público dedicado al automóvil no es el que se ha inaugurado esta semana en Salamanca, sino el que se abrió al público en Lleida el pasado día 11 de septiembre. El Museu de l'Automoció Roda Roda, que alberga una treintena de vehículos antiguos y motocicletas, a cual más original y de gran valor histórico, ha sido impulsado por el Ayuntamiento de Lleida y varios coleccionistas locales que han vendido o cedido las piezas que pueden admirarse en su interior.

Las instalaciones que albergan el museo, de 1.200 metros cuadrados, fueron antes un garaje de Campsa y después el taller de una importante firma automovilística. El edificio, exponente del patrimonio industrial de una etapa histórica de la ciudad, ha conservado expresamente su estructura original, de manera que algunos vehículos han sido colocados sobre los fosos, lo que permite a los visitantes obtener una perspectiva inusual de los mismos desde debajo. La mitad de los vehículos expuestos son de propiedad municipal y el resto son cesiones temporales de coleccionistas particulares, como Francisco Segura y Ramon Duró. A juicio de Montse Sánchez, directora del museo, todos los vehículos son piezas únicas y al mismo tiempo muy curiosas, como el omnibus Fiat de 1920, matrícula L-205, que realizaba el servicio diario de correo y de viajeros entre las poblaciones de Lleida (Segrià) y Ponts (Noguera). No se sabe con certeza cuánto tiempo invertía en hacer el trayecto, aunque teniendo en cuenta las características de la carretera y las paradas que realizaba se supone que no bajaba de las cinco horas, cuando actualmente no se tarda más de 40 minutos.

Sin embargo, las auténticas joyas de la colección, que colmarían las apetencias de cualquier coleccionista privado, son, por este orden, un Rolls Royce Phantom I, de casi seis metros de longitud, fabricado en Inglaterra en 1925 y con una carrocería de diseño muy valiosa. De este coche, uno de los más grandes y caros de la época, se fabricaron 2.260 unidades en Inglaterra y unos 1.000 en Estados Unidos. También se exhibe un DiDion Bouton de 1907 fabricado en Francia, un Jaguar de 1937, un Mc Evoy Special Racing de 1932, un Chevrolet con los radios de las ruedas de madera y un Hispano Suiza de 1928. El vehículo más pequeño de cuantos se exponen es un Austin Seven inglés de 1926, que alcanzó mucha popularidad en aquella época al ser utilizado mayoritariamente por los comerciantes por tener un precio muy asequible.

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