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Entrevista:PERE ESTEVE | Ex secretario general de Convergència Democràtica

'Hace falta cambiar la dirección de Convergència'

Pere Esteve (Barcelona, 1942) admite que su decisión de devolver el carné de Convergència Democràtica, formación de la que fue secretario general desde 1996 hasta 2000, ha provocado una tremenda sacudida en el seno del partido que tendrá repercusiones electorales. Ahora se define un 'huérfano de la política' y apuesta por fortalecer las alternativas 'más catalanas y democráticas' que acaben con el binomio Artur Mas-Pasqual Maragall y que puedan aglutinar a todos los desencantados con la situación política.

Pregunta. En su despedida sólo ha tenido agradecimientos hacia Jordi Pujol y la militancia.

Respuesta. Es al presidente y a la militancia a quienes tengo que respetar y transmitirles mi agradecimiento. La dirección es la responsable de la línea política, la estructura que provoca que las cosas no puedan enderezarse en un sentido determinado. Si me voy no es porque piense distinto, sino porque pensando diferente creo que la situación no puede enderezarse.

'Mi decisión no tiene su origen en los pactos con el PP, sino en la subordinación de CiU'

P. ¿Es una aventura en solitario?

R. Sí. Al menos por ahora.

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P. Antiguos compañeros le han tachado de traidor, desleal y han asegurado que tiene preparado su pase a Esquerra Republicana.

R. Las especulaciones carecen de fundamento. No soy un traidor, a menos que traidor signifique no querer ir con el PP. Me parece legítimo no querer continuar en un partido subordinado al PP y no tienen derecho a arrastrarme. Desleal al partido: no. La lealtad al partido siempre la hemos entendido como una lealtad instrumental porque la que cuenta, la fundamental, es la lealtad hacia el país y su gente. Y cuando este instrumento no responde a la lealtad fundamental, cualquier persona hubiera tomado mi decisión.

P. Usted ha apelado al proyecto para abandonar CDC. Pero el proyecto lo aplica la dirección. Por tanto, su distanciamiento es respecto a la dirección.

R. Pues claro. La responsabilidad de un partido es de la dirección, en CDC y en todos. Pero mi decisión está provocada porque la dirección no lleva una línea que creo que es la lógica, casualmente la que el congreso marcó y la que yo comparto.

P. ¿Por qué se ha llegado a esta situación?

R. Porque la legislatura se planteó mal. Quien tiene el culo alquilado no puede sentarse a gusto.

P. Pero usted defendió el voto a la investidura de José María Aznar con una mayoría absoluta del PP.

R. Yo propuse a Jordi Pujol, y él estuvo de acuerdo, votar a favor sin ningún compromiso. Fui el defensor de no pactar con el PP. Y de votar a favor de la investidura porque el PP ganó las elecciones y hasta entonces nos habíamos entendido. Después, a partir del verano, ya se vio por dónde irían los tiros en el PP. Ese mismo verano, Esquerra Republicana ofrece a CiU un pacto en Cataluña, por el que yo apuesto. Mi decisión no tiene su origen en los pactos con el PP, sino en la subordinación.

P. Artur Mas afirmaba ayer que usted ha sido incapaz de adaptarse a la renovación.

R. Tiene razón. Yo no puedo adaptarme a una renovación que significa la subordinación al PP.

P. ¿Es irreversible?

R. No veo que se esté preparando una alternativa en CiU.

P. Tal como ve a CiU ¿qué posibilidades tiene de ganar las próximas elecciones autonómicas?

R. Desde hace mucho tiempo decimos que las elecciones vendrían marcadas por el binomio Artur Mas-Pasqual Maragall. Ello supone una tremenda falta de vitalidad que debe cuestionarse. En este año que falta para las elecciones no podemos descartar que Cataluña reaccione y provoque escenarios no diría diferentes pero sí más complejos. Haré todo lo que haga falta para que sea así, para fortalecer las alternativas que yo entiendo claramente catalanas y democráticas.

P. ¿No valía la pena cambiar las cosas desde dentro?

R. No. Yo tengo una línea determinada, que defiendo coherentemente y que es diferente a la que lleva el partido. Todo lo que podía hacer dentro ya lo he hecho. Un partido tiene un órgano máximo que es su congreso. Hay dos congresos que he dirigido y que han marcado la línea ideológica, los de 1996 y 2000. Si hubiera querido armar alguna cosa dentro del partido ¿con qué objetivo? ¿para que el próximo congreso dijera lo mismo que el de 1996 y 2000? Los congresos no alterarán el entramado de la dirección.

P. ¿Apuesta por cambiar la dirección?

R. Sí, al menos para aplicar otros postulados. Pero la dirección está votada en los congresos.

P. Y quiere intentarlo desde fuera.

R. Yo utilizo la expresión huérfanos de la política. En Cataluña existe un gran número de gente que no encuentra referentes a los que votar o con los que identificarse. Hoy, yo me he colocado en este espacio. Y no sé por ahora para hacer qué.

P. ¿Impulsar una especie de Ciutadans pel Canvi nacionalista?

R. Podemos inventar muchas formulaciones, pero estoy seguro de que podemos ser capaces de recuperar el interés de la gente. El papel de la política, como en los años 70, es estar delante de la sociedad, no detrás como la actual clase política. Y hay que reaccionar.

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