Felicitaciones a Bayón

Me gustaría, mediante estas líneas, felicitar a Félix Bayón por su nueva entrega -aún recuerdo aquella, espléndida, del Botellón cofrade-, de la que podríamos denominar serie casposa (Caspa e incienso, EL PAÍS, 20 de septiembre), y animarle a que continúe en su empeño de denunciar esta patología e incoherencia de la política y de los políticos de izquierda andaluces de mantener, por un lado, un discurso laico, defensor de valores cívicos, democráticos y de progreso, y, por otro, compartir con los grupos más reaccionarios de la sociedad esas actitudes beatas e hipócritas propias de procesiones, romerías, coronaciones y misas solemnes de las que, en definitiva, tanto provecho saca la derecha más retrógrada e inmovilista.

Y digo que quiero animarle en su tesón de denuncia porque muchos votantes y militantes del PSOE pensamos, como Félix Bayón, que sería más beneficioso para Andalucía que nuestros dirigentes políticos emplearan el tiempo que pierden en esas altisonantes y vacuas manifestaciones externas en otras más útiles y necesarias como, por ejemplo, propiciar una televisión pública de mejor calidad que nos delate como un pueblo culto y moderno.

A propósito, ¿para cuándo van a dejar que el nombramiento de director general de RTVA se haga a propuesta del Parlamento andaluz? Esa sería otra buena muestra de progreso democrático y modernización.- Antonio Romero Peinado. Málaga.

Vayan por delante mis felicitaciones a Félix Bayón por el espléndido artículo sobre las identidades culturales, todas casposas, que nos toca sufrir y padecer en esta tierra, que algunos están empeñados en que se convierta en pueblo y/o patria, que Dios no lo quiera ni su santa madre lo consienta, porque eso solamente trae desgracias.

Por lo demás, seguiremos soñando con el día en que ya nadie se acuerde de El Rocío, la Virgen del Pilar (Día de la Raza, en su momento), la Mare de Deu dels Desamparats, la Moreneta, la paella, el gazpacho, ni otras celebraciones paradigmas de las esencias rancias. ¡Qué alivio!- Antonio Martín Serrano. Aguadulce (Almería).