Tres 'comandos' para una ofensiva
Los jefes militares de ETA detenidos la semana pasada cerca de Burdeos habían planeado mantener durante esta misma semana una campaña de atentados para responder al acoso a Batasuna. La banda iba a poner en juego simultáneamente tres comandos: el itinerante, detenido el viernes a las puertas de España; el Vizcaya (dos de cuyos integrantes murieron el lunes al estallarle su propia bomba), y otro radicado en la zona de la Barranca de Navarra, al que se atribuye el atentado de ayer.
La banda había previsto que el primer atentado lo cometiera este mismo fin de semana el comando nómada, que luego iba a extender su actividad criminal por Madrid, Valencia, Alicante y, posiblemente, Cataluña y Málaga. Los dos siguientes atentados estaban previstos para ayer: uno lo cometieron en Navarra pero el otro no fue posible porque la bomba que la célula del comando Vizcaya iba a utilizar les estalló en las manos.
Las instrucciones que habían facilitado Juan Antonio Olarra y Ainhoa Mujika a los comandos antes de su detención en Talence, cerca de Burdeos, era única. 'Les habían ordenado que dieran toda la caña que pudieran', según fuentes de la lucha antiterrorista. La campaña de terror iba a tener su eje en el comando itinerante, compuesto por Óscar Zelarain y Andoni Otegi, capturados el día 20 en Bagnères-de-Luchon.
Los dos etarras disponían de un larguísimo listado de posibles víctimas, 'con información muy elaborada', que incluía esencialmente a concejales (más del PP que del PSOE), miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado 'y gente de muchas otras profesiones', según fuentes del Ministerio del Interior. 'Les habían dicho a los comandos que no tenían que cometer todos los atentados, sino sólo los que les resultaran más fáciles', agregan fuentes de la lucha antiterrorista. 'Luego, los tres comandos iban a actuar simultáneamente o encadenadamente, para dar una sensación de caos, pero ahora ya no parece posible', agregan.
Pero la prevista 'ofensiva terrorista', como la definió ayer Javier Balza, consejero vasco del Interior, aún no está desbaratada. ETA, además de las reservas de Francia, conserva (que se sepa) casi toda su infraestructura en Vizcaya, donde existiría una segunda célula diferente a la fallecida anteayer, y tiene otro grupo en Navarra, en el límite con el País Vasco.
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