¿Quieres jugar con Ivanovic?
A cinco días del inicio de la Liga, el Tau resuelve al fin sus problemas para fichar jugadores compatibles con los métodos de su entrenador
'Equipo campeón busca jugadores de calidad. Excelente remuneración. Resultados garantizados. Vacaciones prohibidas. Jefe inflexible'. El Tau Baskonia no ha colocado ningún anuncio en la prensa especializada de baloncesto, pero sí ha lanzado al mercado un mensaje desesperado.
Sólo a última hora, a falta de cinco días para el comienzo de la Liga, ha podido encontrar las dos piezas más importantes: un base que dirija al equipo y sustituya al lesionado Elmer Bennett y un pívot que marque diferencias debajo de los aros. Hoy se incorporarán Jerome Allen, un base procedente del Roma, y Rashard Griffith, pívot del Kinder Bolonia, uno de los más determinantes de Europa.
El Tau se ha encontrado este verano con un grave problema. No es sólo que haya pocos jugadores que cubran el perfil exigido, sino que muchos de los que sí encajarían en él no han querido unirse al proyecto del actual campeón de la Liga y la Copa.
Fabricio Oberto, subcampeón del mundo con Argentina, responde al caso más claro. Después de tres temporadas, se le consideraba imprescindible. El club ejerció una cláusula que le permitía renovarle el contrato unilateralmente, pero Oberto prefirió pagar dinero por marcharse al Pamesa. ¿Por qué?
No hay una versión oficial, pero es evidente. Se trata de responder a una pregunta vital: ¿estás dispuesto a cualquier sacrificio para llegar a ser, o intentarlo, el número uno? Oberto respondió que no. Optó por un sueldo equiparable y una menor garantía deobtener títulos, pero por una vida profesional menos exigente y más duradera.
Simples soldados
Los excelentes resultados del Tau en los dos últimos años se asientan sobre la filosofía de trabajo del técnico, Dusko Ivanovic. Él impone su autoridad, que no admite discusión. Programa un ritmo de entrenamientos infernal. Lo controla todo, absolutamente todo. El jugador es un subordinado, un soldado. Y, al final, espera la recompensa: finales y títulos. Está a la vista.
El problema para el Tau consiste en que el ejemplo de Oberto no ha sido el único. Siete de los once jugadores que hicieron campeón al equipo no continúan en la plantilla. Algunos, por decisión del propio Tau, como Tomasevic, que se marchó por discordias irreconciliables con el entrenador. A otros el club no les ha sabido convencer para que sigan. Y, además, está Bennett, el mejor jugador de la última final de la Liga. Se ha lesionado en el tendón de Aquiles y esta semana se someterá a una operación que le puede apartar de las canchas toda la temporada. Los médicos creen que entrenándose a menor ritmo podría seguir jugando. Pero a Ivanovic eso no le sirve. Todos deben emplearse al ciento por ciento. Sin excepciones.
No todos los jugadores comparten sus ideas. De hecho, el Tau se ha convertido este verano en el equipo de las deserciones. Primero, William Avery, un base que duró 24 horas en el equipo por 'problemas de adaptación'. Poco después, Pat Burke, un pívot irlandés que ya jugó en Vitoria en una etapa anterior y que realizó toda la pretemporada hasta que un buen día, tras varios enfrentamientos con Ivanovic, hizo las maletas.
El Tau, un club con una sorprendente rapidez de reflejos y un talento para encontrar buenos jugadores, ha improvisado y ayer confirmó los fichajes de sus dos nuevos norteamericanos, aunque eso significa despedir a Bell, finalista de la NBA el año pasado con los Sixers, y dar la vuelta al equipo. En realidad, es algo habitual en el club, dado al ir y venir de jugadores. Bennett ya fichó en su día como un recambio de urgencia.
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