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Crónica
Texto informativo con interpretación

El Valencia empata al límite

El equipo de Benítez mejoró tras ser sustituido Aimar y se recuperó de la andanada del Málaga

Se enfrentaron ayer dos equipos con trayectorias parecidas, con firmeza en sus dos primeros envites ligueros y con buenos resultados en Europa. El Valencia sabía que no iba de paseo y se puso a trabajar pronto. Pero se topó con un rival ávido por engancharse al carro estelar de la Liga, a base de esfuerzo táctico y sin los artificios de grandes fichajes. Con esa convicción el equipo andaluz doblegó a su rival en la primera mitad, pero sufrió el mazazo en la prolongación.

El Málaga estuvo respondón y el partido entró en una fase de pequeños duelos, que no se traducían en demasiadas ocasiones. La causa: el estricto orden táctico que propugnan tanto Peiró como Rafa Benítez. A falta del torbellino Darío Silva, Peiró confió a Sandro la difícil tarea de roer el muro configurado ayer por Baraja y De los Santos. En el otro lado, Aimar anduvo vigilado por Gerardo y Miguel Ángel. Los cuatro pivotes impusieron la ventaja numérica para no dejar respirar a Sandro y Aimar, lo que provocó un juego enmarañado y poco prolífico.

MÁLAGA 2| VALENCIA 2

Málaga: Contreras; Josemi, F. Sanz, Roteta, Valcarce; Manu (Edgar, m. 79), Gerardo, Miguel Ángel, Musampa (Juanito, m. 88); Sandro (Leko, m. 71); y Dely Valdés. Valencia: Cañizares, Curro Torres, Marchena, Ayala, Carboni; Rufete, De los Santos (Angulo, m. 76), Baraja, Vicente; Aimar (Mista, m. 45) y Carew (Sánchez, m. 65). Goles: 1-0. M. 27. Manu bate a Cañizares de tiro ajustado tras pase de Valcarce. 2-0. M. 32. Roteta cabecea, libre de marca, un golpe franco lanzado por Musampa desde la banda. 2-1. M. 48. Mista empalma desde fuera del área una volea ante la que nada puede hacer Contreras. 2-2. M. 95. Angulo resuelve un balón suelto en el área de Contreras. Árbitro: Carmona. Amonestó a Curro Torres. Unos 16.000 espectadores en La Rosaleda.

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Hasta que sorprendió Manu, un chaval que llegó del filial del Real Madrid en diciembre pasado con más puertas cerradas que abiertas en el esquema de Peiró. Ayer llamó la atención su alineación. Faltaba Romero, y el técnico blanquiazul prefirió apartar del carril derecho a Gerardo para que se ocupara de Aimar. Manu tuvo su hueco y el resultado, en la primera mitad, fue inmejorable: Aimar fue anulado y Manu se pegó un festín. Al joven interior no le importó que Carboni pueda ser su padre. Le perdió el respeto sin titubear y le ganó en cada acción con un descaro y una entrega siempre al límite. Se salió del estadio cerca de la media hora, cuando abrió el marcador tras una buena arrancada y mejor pase de Valcarce.

Sin tiempo para asimilarlo, el Valencia, aturdido, encajó el segundo en una acción a balón parado en el que la defensa de Benítez se olvidó de Roteta, un tipo pelirrojo y alto que corría solitario por el área.

Rafa Benítez intentó reparar su línea más defectuosa y Aimar no volvió al césped. Le sustituyó Mista. Su entrada no pudo ser más efectiva. Marcó antes de que nadie reparara que estaba en el campo. Lo cierto es que Mista aplicó dinamismo frente a la línea defensiva de Peiró, y tampoco le resultaba fácil a Gerardo mantener la persecución que sufrió Aimar 45 minutos.

El Málaga creyó controlar cualquier atisbo de remontada tras el gol de Mista. Quedaba tiempo y el conjunto andaluz cedió el balón a un Valencia refrescado en ataque con Sánchez, Mista y Angulo. Con el equipo ché cada vez más volcado, Peiró ya no consideró necesaria la presencia de Sandro, un especialista en ataques estáticos y en desenmarañar defensas tercas. Le suplió Leko, una apuesta habitual de Peiró y que suscita no pocos miedos en la grada.

La opción del Málaga pasó a ser la del contraataque. Y la yugular naranja estuvo a tiro del Málaga. Cañizares se empleó a fondo ante un disparo de Leko y el larguero repelió el intento de Edgar. Pero los minutos pesaban y la clarividencia es una virtud incompatible con el cansancio. Lo pagó el Málaga. El descuento de cinco minutos, muy protestado desde los anfiteatros, le vino largo. El gol valencianista llegó en el minuto 95 y las ilusiones blanquiazules se desvanecieron mientras Carmona Méndez salíar escoltado. Las iras del público se encontraron con una respuesta policial contundente en las gradas.

Rufete y Musampa disputan el balón durante el partido de ayer.
Rufete y Musampa disputan el balón durante el partido de ayer.JULIÁN ROJAS

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