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El Ayuntamiento aplaza el cierre del molesto Instituto de Toxicología

El municipio deberá esperar una nueva decisión judicial

El Ayuntamiento tendría que haber cerrado ayer la sede del Instituto Nacional de Toxicología, que lleva 16 años funcionando sin licencia en Chamartín. Los vecinos se quejan además de que es fuente de ruidos y olores insoportables. Pero el instituto ha evitado la clausura solicitando al juez la suspensión de una sentencia ya firme que obligaba al cierre. El municipio aplaza la clausura hasta que el tribunal dictamine.

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16 años sin licencia municipal y de lucha vecinal

El Instituto Nacional de Toxicología, dependiente del Ministerio de Justicia, se ha agarrado a una argucia legal para evitar su clausura: solicitar al Tribunal Superior de Justicia de Madrid la suspensión de una sentencia ya firme, dictada por este mismo tribunal, que le obligaba a cerrar. El Instituto argumenta que en el centro se tratan importantes pruebas judiciales que, al ser perecederas, se podrían perder si el traslado fuese inminente. 'Aquí tratamos pruebas requeridas por órganos judiciales de toda España. Si nos trasladásemos ahora, muchas de esas pruebas se podrían perder y los juicios quedarían completamente paralizados', explicó ayer el director general de Relaciones con la Administración de Justicia, Carlos Lesmes.

En cambio, para los residentes de la calle de Luis Cabrera y aledañas, el tratamiento de esas pruebas genera unos ruidos y unos olores que califican de insoportables. Los olores, según los vecinos, proceden de la incineración de restos orgánicos en pequeñas cantidades y del uso de productos químicos muy fuertes y de disolventes. Lesmes reconoce que existen ruidos causados por los extractores del mecanismo de aire acondicionado. Pero niega que el instituto despida malos olores. 'El tratamiento de los restos se realiza fuera del Instituto de Toxicología por una empresa especializada', aseguró.

El Instituto Nacional de Toxicología es un organismo que se dedica a prestar asistencia científica (análisis químicos, estudio de sangre y tejidos humanos, etcétera) a las investigaciones judiciales y policiales de toda España. Está especializado en asuntos de drogas y en esclarecer la causa de una muerte.

Además, el Ministerio de Justicia ha solicitado al Ayuntamiento de Madrid la licencia de actividad, a pesar de que el instituto lleva 16 años funcionando de forma ilegal en el número 9 de la calle de Luis Cabrera (Chamartín). Nunca antes se habían interesado en legalizar su situación, según confirmó ayer el gerente municipal de Urbanismo, Luis Armada. 'Nosotros queremos cerrarlo y lo intentamos desde 1995, pero necesitamos que los jueces dictaminen ahora sobre la petición de Justicia de suspender la clausura de estas instalaciones', apuntó Armada.

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Lesmes aseguró ayer que, independientemente de que consiga o no la licencia, el Instituto Nacional de Toxicología trasladará su sede, posiblemente a Tres Cantos. 'El edificio se ha quedado obsoleto y somos conscientes de que no podemos estar en un barrio residencial como ahora. O nos vamos a un nuevo edificio o diversificaremos la actividad del Instituto en distintos centros', concluyó Lesmes.

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