Espectáculo de espectáculos
La gala de inicio de la temporada escénica fue muy entretenida y mostró buenas razones para ir al teatro
Fue como eso que les ocurre a los moribundos, que ven pasar a ráfagas toda su vida; pero aquí por adelantado, en prospectiva. Los espectáculos que conformarán la temporada teatral 2002-2003 desfilaron anteanoche en el Victòria, a buen ritmo, ante el público de la insólita gala Barcelona aixeca el teló y así pudieron verse trozos de, entre otros, Gaudí, Poe, o Mamaaaá!!!, el nuevo espectáculo de Paco Morán y Joan Pera sobre una obra de Jordi Sánchez y Pep Anton Gómez; una amplia representación, en fin, de todo lo que ofrece y ofrecerá la cartelera: desde comedia del arte a asesinos en serie, de Arturo Fernández a Benet i Jornet, de tragedia a payasos. Un recorrido por la oferta de los 28 teatros, 150 espectáculos, más de 1.000 actores y 100 directores que componen la temporada.
Las autoridades ponían cara de póquer ante el inefable monólogo 'Follant per Catalunya'
La velada que podía haber sido monstruosa fue inesperadamente simpática y entretenida, con momentos llenos de emoción (las palomas que se sacaba de la manga el mago Edgar, los peces de Leandre i Claire, el ovacionado número de las niñas actrices protagonistas de Annie), otros alucinantes (el monólogo pornográfico Follant per Catalunya leído como representación de la temporada del Guasch Teatre ante las autoridades que ponían cara de póquer -luego, para redondear, escucharon la habanera Quan el català volia sucar-); y otros más sencillamente impagables, como la visión de Jordi Pujol desgranando su carraspeante discurso institucional desde una gran pantalla mientras una gran parte del público se pitorreaba (de nuevo en presencia de las autoridades, incluido el consejero Vilajoana). El presidente confió en que la temporada será 'un éxito económico, también' mientras se frotaba las manos componiendo lo que pareció una espléndida caracterización de El avaro de Molière que hizo las delicias de una parte del público. Al menos Pujol no estaba, porque el alcalde Joan Clos hubo de aguantar de cuerpo presente un recochineo parecido ante su discurso filmado, que acabó, para regocijo de un sector de la platea, con un teatral 'molta merda'. Todo ello sin duda, y paradójicamente, contribuyó a enriquecer el show. Más aún porque luego se pasó una filmación con el saludo institucional del Rey encarnado por Toni Albà ('Vine al teatre, Reina'), lo que invitó a preguntarse si no había que leer en clave paródica también el saludo de los políticos de verdad. A destacar el buen humor y fair play del presidente del Parlament, Joan Rigol, que pareció pasárselo de lo lindo.
La gala, además de incitar a ir al teatro, lo que sin duda consiguió, quiso mostrar una imagen unitaria de la profesión, pese a las rencillas y querellas fraticidas que la sacuden históricamente; y lo logró, aunque hubo ausencias y no se consiguió al final la prometida foto de familia. Por otra parte, es destacable lo esquinado que sentaron en la platea a Josep Montanyès, director del Lliure.
Una filmación tipo Movirecord, acelerada y enloquecida, de recorrido por las calles de Barcelona, de teatro a teatro, sirvió de nexo de unión de los fragmentos presentados en vivo o grabados. Estupendos como siempre en estas cosas Tricicle, con un número de Sit, y Monty y sus clowns ('algú fa pudor a Elsinore'), y el mimo Ennio Marchetto con sus disfraces. Muy buenos Teatro de la Guerrilla con su mensaje grabado cargando humorísticamente contra las invitaciones en el teatro (un problema real -400.000 la pasada temporada-, que los teatros barceloneses van a cortar de raíz). La gala brindó incluso noticias -se podrán sacar entradas para todos los teatros a través de cualquiera de los dos sistemas de ventas de entradas, el de La Caixa y el de Caixa Catalunya- y acabó con la célebre rumba de Peret adaptada para la ocasión y cantada por Mina y Lloll Beltran, a las que se unieron muchos otros -'Barcelona es poderosa y su teatro tiene poder'-, mientras llovía confeti, una buena parte sobre los políticos.
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