Atados de por vida
La situación de desamparo que sufren los inmigrantes irregulares que logran llegar a España les hace especialmente vulnerables a las mafias, que en muchos casos tienen tentáculos que se extienden hasta el otro extremo de la Península, como en el caso de Banyoles. La policía conoce la existencia de un submundo delictivo que se nutre de los miedos y anhelos de los sin papeles, que raramente denuncian las extorsiones que sufren.
Al igual que sucede con las inmigrantes extranjeras forzadas a prostituirse durante años para pagar un desorbitado precio a la red que les ha organizado el viaje y proporcionado la documentación, en los últimos años están surgiendo casos equiparables entre los inmigrantes que cruzan el Estrecho. Además del precio reclamado por una plaza en una insegura patera, luego se exige más dinero por cualquier otro motivo. Incluso por la vida.
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