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Necrológica:NECROLÓGICAS
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Tomás Zori, uno de los últimos cómicos de revista

Tomás Zori, quien formó parte durante muchos años del trío humorístico Zori, Santos y Codeso, falleció a media tarde del lunes, a los 77 años, víctima del mal de Alzheimer.

Cómico de raza, el nombre de Tomás Zori estuvo ligado a los de Fernando Santos y Manolo Codeso, con quienes formó el mejor tándem de revista, como Zori, Santos y Codeso, aunque él desarrolló en solitario una carrera cómica en el cine y la televisión. Debutaron como trío en La Coruña en 1942 con Don Quintín el amargao, de Carlos Arniches y música de Carlos Guerrero, fundando así un triángulo que duró veinte años.

Tomás Zori formó durante más de cuarenta años pareja artística con Fernando Santos (fallecido en 1993), un cumpleaños que pudieron celebrar con la audiencia que en 1982 les concedió el rey Juan Carlos. Versátil y diverso, y con su característico timbre de voz afónico, Tomás Zori fue un cómico completo, dominando los tres medios: cine, radio y televisión.

Nacido en el madrileño barrio de Vallecas en 1925, desde niño hacía exhibiciones de claqué para sus vecinos y ya entonces su padre, albañil, y su madre, ama de casa, tenían claro que el niño iba para cómico. Estudió en la madrileña escuela de Villacañas, donde tenían también por alumnos a Tony Leblanc y Manolo Gómez Bur, y su bautismo profesional le llegó en el teatro Romea de Murcia como tenor cómico de La del manojo de rosas. Entre las muchas representaciones en las que participó Zori figuran obras de Miguel Mihura, Pedro Muñoz Seca o Juan José Alonso Millán.

Pero fue en la revista donde encontró su lugar con la fusión de tres ingredientes, el trío formado por Zori, Santos y Codeso, y, eso sí, alcanzando su mayor hito con La blanca doble, donde se labró, entre los años cuarenta y los cincuenta, la imagen más popular de Zori, como el cómico de baja estatura desbordado por las alturas y los tacones de las vedettes. Años más tarde, Codeso tomó otros rumbos, pero Zori y Santos mantuvieron su unión artística dando réplica a féminas como Lina Morgan, Esperanza Roy o Queta Claver.

En el cine debutó en 1954 con El bandido generoso, para seguir, más adelante con algunos de los títulos más relevantes de Mariano Ozores, como Pecados conyugales o Cuatro noches de boda, además de trabajar a las órdenes de cineastas como Javier Aguirre o Fernando Fernán Gómez con Fuera de juego, en 1991.

Tomás Zori, cuya última intervención en el cine se produjo hace dos años con el filme Maestros, había cerrado su carrera cinematográfica en 1995 con la película El palomo cojo, de Jaime de Armiñán, donde compartió protagonismo con Paco Rabal.

La viuda de Zori, María Victoria, permanece en coma desde hace siete años en la misma residencia donde falleció el humorista. Los restos del cómico serán enterrados esta mañana, a las 9.00, en el madrileño cementerio de San Lorenzo. La capilla ardiente de Tomás Zori, instalada a primera hora de ayer en el Tanatorio de Alcorcón, fue visitada por familiares, amigos y compañeros de profesión de este actor, padre de dos hijos.-

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