EL FESTIVAL DE PERPIÑÁN TOMA EL PULSO AL FOTOPERIODISMO

La reestructuración de las grandes agencias de prensa, la progresiva priorización de lo rentable frente a lo importante, las transformaciones tecnológicas y la influencia de la televisión en el diseño de los nuevos modelos de representación son algunos de los parámetros en los que se mueve hoy la fotografía de prensa.

Las amenazas crecen, y desde hace años hay incluso quien vaticina la muerte del fotoperiodismo. Entre quienes niegan este agorero pronóstico se encuentra Jean-Françoise Leroy, director del festival Visa pour l'Image, que cada año convierte la ciudad francesa de Perpiñán en la capital de la fotografía de prensa y toma el pulso a su estado. 'El fotoperiodismo no ha muerto. Incluso está más vivo que nunca', asegura Leroy. Y como prueba se remite a la treintena de exposiciones congregadas en la presente edición, que se desarrollará entre hoy y el 15 de septiembre.

Ésta es la edición número 14 de un festival que nació con el objetivo prioritario de reestablecer el papel de la fotografía de prensa, cuyo espacio es cada vez menor en las revistas de información general. Con esta filosofía como brújula, Visa pour l'Image pretende servir de escaparate a jóvenes fotógrafos, al tiempo que muestra el trabajo de otros ya consagrados. Las exposiciones, en las que tienen cabida tanto reportajes de actualidad como antiguos, son su rostro más visible, pero el festival es también un punto de encuentro, discusión y reflexión entre profesionales y público sobre el presente y el futuro de la fotografía.

El Afganistán de los días posteriores al 11 de septiembre centra una de las exposiciones de esta edición, titulada Kabul y nutrida con las imágenes del fotógrafo afgano Amir Shah. Entre las exposiciones programadas, destacan la de Yang Yankang sobre las difíciles condiciones de vida de los católicos chinos y la titulada París, ¿ciudad de luz? en la que la fotógrafa Diane Grimonet congela la biografía anónima de toxicómanas, víctimas de abusos y emigrantes.