La pluralidad lingüística y la fuerza del castellano
La Casona de los Sert en Comillas, al pie de la abandonada Universidad Pontificia, cuya recuperación para la actividad docente respalda el líder de los socialistas catalanes, es visitada en verano por gentes de diversas nacionalidades. Quizá el mejor escenario para que Pasqual Maragall abordara ayer el tema de la España plural. Una de sus proyectos es el de reescribir la historia de España ('la historia común de los pueblos de España') bajo la idea de que 'el futuro del país necesita un pasado mejor explicado'.
'España ha pasado un sarampión de 20 años después de 40 de dictadura y hemos recuperado la hegemonía de la pluralidad, ahora sólo queda que el Estado se lo tome en serio y promueva la vigencia de las lenguas constitucionales y las autonomías reconozcan que el castellano es un patrimonio común y el gran vehículo que nos puede hacer grandes en el mundo'. 'Es una suerte inmensa que debemos reconocer', incide.
La inmigración es otra de las preocupaciones vitales de Maragall. Cree que se está haciendo una mala política en Europa y en España y pide que se aborde desde las fronteras y un política coherente en los barrios. Cree que es necesario un Proyecto Magreb. 'Hay una miopía política, estratégica y moral que hace que en esos pueblos sientan que no contamos con ellos'. 'No entiendo que no se utilice la presencia económica para hacer política de Estado', subraya.
Maragall propone que se excluya de la polémica partidista el asunto de la inmigración, como se ha hecho con el terrorismo aunque parece muy escéptico: 'La derecha entrevé la posibilidad de que se abra una brecha en la izquierda de forma muy maliciosa, ya que esa situación puede bajar los salarios y aumentar los votos'.
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